El Gobierno de Texas accedió a mover las boyas gigantes sobre el Río Bravo hacia el lado de la frontera de Estados Unidos (EU), esto luego de que la Comisión Internacional de Límites y Aguas confirmara que éstas habían sido colocadas en territorio mexicano.
Con maquinaria pesada, trabajadores de Texas comenzaron con la recolocación de las boyas durante la tarde del viernes; además, para impedir que éstas avancen hacia México, decidieron anclarlas al fondo del río con bloques de concreto.
Son cerca de 350 metros los que abarcan las boyas que tienen como objetivo frenar el paso de migrantes a través del Río Bravo, pero sólo 63 metros estaban colocados del lado de Eagle Pass, Texas.
Esto llevó a la cancillería mexicana a exigir el retiro inmediato de las boyas flotantes incluidas como parte del operativo “Estrella Solitaria” que lanzó el gobernador Greg Abbott para hacer frente a la política migratoria federal.
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En este contexto y pese a una demanda del gobierno federal para que se retire la barrera flotante, Greg Abbott y sus homólogos de Nebraska, Iowa, Oklahoma y Dakota del Sur viajarán el próximo lunes a Eagle Pass para hablar sobre los esfuerzos para “vigilar” la frontera.
En tanto, la canciller mexicana, Alicia Bárcena, celebró que el Gobierno de Texas haya movido las boyas hacia su territorio; empero, enfatizó en que esa no es la solución que busca México.
“Estamos esperando que la Corte federal decida que se retiren las boyas, que es lo que estamos pidiendo. Lo que ya vimos es que una gran parte de las boyas están del lado mexicano”, declaró Bárcena.
Hasta el momento son tres las notas diplomáticas que México ha presentado a EU para el retiro total de las boyas, pero no será hasta el 22 de agosto cuando la Corte decida si Texas incurrió en una violación a la ley al tomar en sus manos el tema migratorio, una cuestión que compete exclusivamente al orden federal. EJ
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