Uso de lanchas artilladas, alianzas estratégicas con potencias extranjeras para garantizar la seguridad y despliegue de personal militar para repeler a los migrantes, son algunas de las medidas que plantea el gobierno de Texas para hacer frente a lo que llama la peor crisis de seguridad en la frontera con México.
Este miércoles, el gobernador de Texas, el republicano Greg Abbott, envió una carta al director del Departamento de Seguridad Pública (DPS) del estado, Steve McCraw, y al titular del Departamento Militar estatal, Thomas Suelzer, en la que les encarga una “tarea esencial”.
Deben usar todas las herramientas y estrategias disponibles para luchar contra la invasión sin precedentes que Texas está viendo en nuestra frontera”, dice la misiva.
“Hasta que el Congreso actúe o la administración Biden haga su trabajo constitucionalmente requerido, los miembros de la Guardia y los soldados de Texas deben asumir la carga de asegurar la frontera. Debe continuar manteniendo seguros a los texanos y estadounidenses y protegerlos contra una invasión de la frontera sur”, prosigue.
Y remata: “Les ordeno que usen todos los recursos y herramientas disponibles para evitar que los inmigrantes intenten cruzar ilegalmente, arrestar a los que cruzan ilegalmente y devolverlos a la frontera, y arrestar a los delincuentes que violan la ley de Texas”.
Para entender mejor: La continuidad de una política antimigrante: gana Abbott en Texas
El lunes previo, el 14 de noviembre, Abbott envió otra carta dirigida a los jueces del estado en la que argumenta que se basó en las “cláusulas de invasión” previstas en el artículo I de la Constitución de Estados Unidos y en el artículo IV de la Constitución de Texas para emitir una orden ejecutiva que toma medidas extremas contra la ola de migrantes.
Entre las acciones a tomar están “desplegar a la Guardia Nacional para salvaguardar nuestra frontera y para repeler y hacer retroceder a los inmigrantes”, así como “desplegar el DPS para arrestar a los inmigrantes ilegales por actividades delictivas”.
El plan de Abbott también incluye construir un muro fronterizo en múltiples condados en la frontera, “desplegar ‘gunboats’ (lanchas artilladas) para asegurar la frontera” y designar a los cárteles mexicanos de la droga como organizaciones terroristas extranjeras.
Ante la supuesta indiferencia del gobierno de Biden y del Congreso federal para emprender acciones y presupuesto para garantizar la seguridad fronteriza, el plan de Abbott contempla “entrar en un pacto con otros estados para asegurar la frontera” y “celebrar acuerdos con potencias extranjeras para mejorar la seguridad”.
Para enero de 2023, cuando entre en funciones el nuevo Congreso, el gobernador texano anunció que solicitará el reembolso de unos 4 mil millones de pesos que la entidad ha gastado desde hace un par de años en protección de la frontera.
Ante las medidas bélicas y persecutorias que integran el plan antiinmigrante, Abbott pidió a los legisladores “garantizar que nuestros soldados y miembros de la Guardia no estarán expuestos a enjuiciamiento penal federal por proteger a Texas contra la entrada ilegal” de indocumentados.
En el año fiscal 2022, Estados Unidos tuvo un récord histórico de inmigración ilegal, con dos millones 776 mil 583 detenciones de personas indocumentadas, la mayoría de ellas en la frontera con Texas y California.
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