Testimonios de las zonas de silencio en el país (VI)

5 de Octubre de 2024

Testimonios de las zonas de silencio en el país (VI)

Zacatecas silencio en el país

La frontera con Jalisco se ha convertido en zona fantasma: es dominada por el crimen, pero pocos medios se atreven a informar sobre las atrocidades que se cometen y el pavor de la población

ZACATECAS

Estupor en la sierra sur

Por Raúl García*

Antes de subir por una ruta muy accidentada de la Sierra Madre Occidental para entrevistar al comandante F1, líder del brazo armado del Cártel del Golfo en Zacatecas, el periodista Alfredo Valadez recibió la instrucción de abandonar sus dos celulares y abordar una SUV blanca con dos desconocidos.

“Por su seguridad y por nuestra seguridad recline totalmente el respaldo y no se levante”, fue otra instrucción que recibió abordo, con rumbo desconocido. Por breves tramos se vio obligado también a taparse la cara con una vieja sudadera verde. Más de una hora de camino sinuoso trascurrió antes de llegar a una peculiar meseta donde lo esperaban más hombres armados.

Hoy a ocho años, Alfredo califica aquel viaje como un “autosecuestro” cuyo objetivo era obtener un testimonio de primera mano sobre lo que ocurría en Florencia de Benito Juárez, municipio al extremo sur de Zacatecas, colindante con Jalisco, en una temporada en que los cárteles del Golfo y Los Zetas libraban una pugna que, a pesar de los estruendos de las AK 47, volvió silenciosa aquella zona de Zacatecas.

El colaborador eventual de la agencia Cuartoscuro, de la revista Proceso y corresponsal de La Jornada, con una trayectoria en el periodismo de casi 30 años, comenta que las cosas no han cambiado para los pobladores del lugar, más allá de que dichas organizaciones fueron sustituidas por otras aún más poderosas: Cártel Jalisco Nueva Generación y el Cártel de Sinaloa.

LA GUERRA DE FLORENCIA

El interés por la entrevista con dicho líder criminal, también conocido con el alias de El Panchito, surgió cuando en mayo del 2011 se produjo el que se considera el más sangriento enfrentamiento armado entre cárteles en la historia del estado. Ocurrió en Florencia de Benito Juárez, municipio que hoy cuenta con sólo cuatro mil 492 pobladores (según el Inegi), apenas 24 personas más que hace 20 años.

La versión oficial de la entonces Procuraduría General de Justicia hablaba de 10 muertos, pero los corridos que años después se popularizaron en la radio local hablaban de 60 sicarios caídos. Dos años después, el secretario de Seguridad Pública local, Jesús Pinto Ortiz, general retirado del Ejército, fue convocado a comparecer ante el Congreso local para explicarle a los diputados por qué los límites con Jalisco estaban incendiados por la violencia. Había enfrentamientos continuos, desaparecidos, colgados en los puentes y a diario se encontraban vehículos abandonados. Al hablar del enfrentamiento, el funcionario confirmó la cifra rimada en los corridos.

Alfredo estuvo presente aquel día en el Congreso. Recuerda que el general dijo que en 40 años de servicio en las fuerzas armadas nunca había sabido de un combate tan atroz, una guerra tan sangrienta como la de Florencia de Benito Juárez. Aquel chispazo de sinceridad fue la punta de la hebra de lo que el periodista, pensó, sería un buen reportaje.

Al solicitar información todas las fuentes oficiales guardaron silencio con el argumento de que la investigación seguía abierta. Un funcionario federal con el que tenía una buena relación, al ver la insistencia de Alfredo le preguntó: “Si realmente quieres saber qué pasó ¿por qué no entrevista a alguien que participó?”. Luego le ofreció la posibilidad de contactar al líder regional del Cártel del Golfo.

LA SIERRA INACCESIBLE

“Lo que creí que sería una entrevista con un líder criminal en un restaurante de la capital o en una residencia de la cabecera municipal de Florencia, terminó siendo prácticamente un autosecuestro”, recordó.

Con lujo de detalles, narró cómo siguiendo las instrucciones telefónicas hizo escala en el municipio del Teúl de González Ortega (entonces recién declarado Pueblo Mágico) para luego arribar a la cabecera de Florencia, donde tuvo que apagar y abandonar sus dos celulares antes de emprender el último tramo de su viaje, el cual recorrió en gran parte, con una sudadera en el rostro para no reconocer el camino.

“Me encontré con un personaje que no parecía un delincuente, no parecía un jefe de un brazo armado, era muy joven y al principio creí que estaba platicando con el hijo del verdadero líder que tenía a toda una región peleando”, comentó Alfredo sobre la primera impresión que le dio El Panchito quien –dijo- le hizo revelaciones interesantes, empezando porque él tenía un saldo aún más dramático que el que entonaban los corridos: 77 muertos.

En una entrevista celebrada al interior de una cabaña en medio de la sierra, le reveló que el día de la guerra de Florencia, se enfrentaron 68 sicarios de su cártel (del Golfo) y más de 140 de Los Zetas que llegaron en 18 camionetas de doble cabina, de las cuales 16 eran blindadas. El enfrentamiento se dio desde las 9:20 hasta las 13:30 horas. En cuatro horas no hizo acto de presencia ni un policía, ni un soldado. Fue como si el estruendo de los fusiles no pudiera oírse en el sur de Zacatecas.

LAS COSAS NO HAN CAMBIADO

Esa pugna entre los dos grupos criminales hoy ha sido sustituida por el enfrentamiento del CJNG y el Cártel de Sinaloa, que tienen al estado en una situación más convulsa que nunca; sin embargo, rara vez se ven noticias de ello provenientes del extremo sur de Zacatecas. La última vez que figuró Florencia en noticias nacionales fue de forma indirecta, cuando se dio a conocer la captura en Tequila, Jalisco, de El Mano Seca, jefe regional del CJNG, cuyos hombres operan en cinco municipios: Teúl de González Ortega, Tepetongo, Monte Escobedo, Fresnillo y Florencia. Igual que El Mano Seca, también El Panchito está en un penal federal de alta seguridad.

Al ser publicada su investigación a finales del 2021, como un libro titulado La guerra de Florencia, habitantes de esa zona lo contactaron: “Ellos me describen un escenario deprimente; algunos me ofrecen sus testimonios para escribir una segunda parte del reportaje”.

“Zacatecas es un territorio ocupado por grupos criminales gracias a sus sierras, sus desiertos, la falta de gobierno y a la existencia de más de 2 mil 500 comunidades rurales en las que se pueden esconder, además tenemos cinco mil kilómetros de caminos sinuosos imposibles de vigilar”, expuso.

Para Alfredo Valadez, el poder político del centro del país no está interesado en voltear a ver a esta parte del país que sigue siendo territorio silenciado, no sólo por los criminales, sino por el propio gobierno federal que oculta información y que, cuando puede, suaviza la realidad.

“Creo que son territorios que se dan por perdidos de parte del gobierno: son puros pueblos pequeñitos, habitan muy pocas personas, creo que la autoridad le está apostando a que solitos se vayan extinguiendo los conflictos (…) como en los últimos dos años ocurre en la sierra de Jerez”.

El silencio que se vive en Zacatecas es similar al que hay en Durango, Michoacán, Tamaulipas, Coahuila o Sonora, “en todos estos estados hay regiones gigantescas de las que no sabemos nada, (y) en ningún periódico se escribe una sola línea de estos lugares”, aseveró.

*Editor de la Organización Editorial Mexicana

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