Testimonios de las zonas de silencio en el país
Ni un solo periódico local se reparte, tampoco llegan medios más grandes; todos tienen miedo, periodistas y pobladores. Las autoridades estatales y federales ni siquiera intervienen. Este es el relato de una zona completamente aislada a sólo 300 kilómetros de la CDMX
Chilapa: zona de silencio en el centro de Guerrero
Abel Miranda Ayala*
“El 16 de mayo del 2014 decidí salir de Chilapa y no he regresado. En ese momento todos los trabajadores de medios de comunicación habíamos sido amenazados, detenidos, encañonados y definitivamente no había condiciones para mantenerse en este lugar para hacer periodismo”, relató el reportero Yener de los Santos, quien tras desplazarse ha encontrado trabajo y refugio en Chilpancingo.
Actualmente en este municipio no hay un medio de comunicación como periódico Radio o incluso medio digital, los que existen sólo publican la información que general el ayuntamiento, añadió el periodista Yener de los Santos. Y aún peor, hasta se han dejado de llevar periódicos que se editan en el centro del estado o en la capital del país, “antes llegaba el Reforma, Universal, la Jornada y todos los de Chilpancingo, hoy es una zona de completo silencio” y aislada en información.
EL ALCALDE DE LOS ROJOS
En Chilapa los problemas comenzaron aproximadamente en el año 2008, cuando en se empezaron a correr muchos rumores sobre la presencia de grupos armados que por las noches cerraban calles, organizaban fiestas, arrancones de carros o motos, peleas de gallos y detenían a transeúntes. Esos rumores se fueron materializando y constantemente se registraban asesinatos, secuestros, y cada vez eran más visibles y comunes los grupos de camionetas con hombres armados.
Se empezaron a presentar casos en los que cualquier problema en Chilapa ya no se acudía a las autoridades, se pedía el apoyo de “la gente” para auxiliarlos. Así la violencia fue escalando intensidad, en ese momento había tres periódicos que se editaban en esta población de 123 mil habitantes, Visión Urbana, Jaguar de Guerrero y El Debate, este último dirigido por el Yener de los Santos.
Entre 2011 y 2012 se registró un fenómeno en el que un grupo político abiertamente estuvo apoyada por una organización criminal, conocida como Los Rojos, que operó a favor del PRI para que Francisco Javier García González (El Tepache), cuando ganó como alcalde, en su primer entrevista, le cuestionaron sobre la investigación que realizaría a irregularidades del gobierno anterior, que también era de su partido, ahí explotó y lanzó las primeras sutiles amenazas.
Días después, un reportero del periódico Visión Urbana fue abordado por un sujeto que se transportaba en una moto. Le dijo, “tú y tus amigos bájenle de huevos con el presidente, atentamente, El Jefe”, a partir de ese momento los reporteros de Chilapa decidieron hacer un especie de autocensura cubriendo a distancia los eventos de la presidencia y no volvieron a entrevistar al edil.
En el 2013 la violencia escaló demasiado, se empezó a escuchar otro nombre el grupo de “Los Ardillos”, como Antagónico de “Los Rojos” que en ese momento eran los que de alguna forma gobernaban. De los incidentes de violencia más agresivos que se tuvieron fue el registrado el 8 de julio del 2014, cuando entre 30 y 40 camionetas con hombres armados provenientes de las comunidades del sur de Chilapa se metieron por la noche y generaron enfrentamientos, quemas de vehículos casas y muerte de personas.
Entonces empezó la pugna abierta entre estos dos grupos. Chilapa vivió una especie de toque de queda autoimpuesto, pues los comercios cerraban temprano, no había vida social, fiestas o celebraciones, porque corrían riesgo de que llegara uno u otro grupo, los organismos de derechos humanos dejaron de salir a las comunidades a documentar casos, porque “los señalaban que eran orejas de uno u otro grupo”.
EMBATES A MEDIOS
Tras las pugnas, ocurrió la primer decisión que afectó a los medios de comunicación, los dueños del periódico Visión Urbana, ante la inseguridad dejaron de imprimirlo. El Debate resistió hasta mayo del 2015.
En noviembre del 2014 se registró una masacre en la que 11 cuerpos calcinados fueron dejados en el crucero de Ayahualulco. El caso se documentó en los medios locales, y después se desataron muchas balaceras y asesinatos. Seis meses después, el sábado 9 de mayo del 2015, se realizó la cabalgata popular del día de las madres y en este evento irrumpió un grupo de civiles armados gritando buscamos a Zenén, a Los Rojos y venimos por nuestros desaparecidos.
El convoy de armados acuarteló a los miembros de la Gendarmería en el interior de su hotel y a los policías municipales en sus propias instalaciones, y se apoderó de la seguridad. Comenzaron a hacer persecuciones. Detuvieron a 60 personas, catearon casas y desaparecieron por lo menos 17 personas.
Un par de días después se formó un comité de familiares de desaparecidos al que se denominó “Siempre Vivos”, quienes salieron a manifestarse y mientras lo hacían fueron encarados por los civiles armados que mantenían el control de la seguridad, ahí los periodistas quedaron en medio y los cuestionaron sobre para qué tomaban fotos, que si eran informantes de “El Chaparro”. Con el temor a flor de piel, uno de los periodistas trató de correr y ello ocasionó que todos fueran encañonados, golpeados, amenazados con desaparecerlos y despojados de sus equipos de trabajo. Más tarde, los informadores se entrevistaron con los mandos visibles del grupo y lograron que les devolvieran sus cámaras, entonces les exigieron borrar todo, pero decidieron no hacerlo y las imágenes de ese hecho sí se publicaron.
El 15 de mayo el Ejército entró a Chilapa y desarmó al grupo que se había hecho llamar Policía Ciudadana por la Paz y la Justicia. Los periodistas aprovecharon para entrevistarse con el capitán que encabezaba el grupo de militares y la respuesta que les dio no fue lo que esperaban: “retírense porque vamos a actuar y luego no queremos que al rato nos estén señalando que violamos derechos Humanos”.
Al día siguiente nos reunimos todos los reporteros y ahí les dije, esto está muy difícil, estos fulanos dejaron a los informantes, conocidos como Halcones, los dejaron en Chilapa y van a seguir en el conflicto con Los Rojos, yo me voy de Chilapa nos van a señalar los dos grupos y no la vamos a librar”, recordó Yener de los Santos.
Así el 16 de mayo del 2015 se dio por cancelado el proyecto del periódico El Debate de Chilapa y fue uno de los últimos esfuerzos periodísticos que se registró en este municipio.
VOCEADORES SECUESTRADOS
Aproximadamente entre el 2010 y el 2012 hubo un incidente que dejó marcado el actuar de los medios de comunicación, en Chilapa un par de voceadores de un periódico de circulación estatal, del que nos pidieron omitir nombre para no poner en riesgo a familiares que aún están en Chilapa, llegaron al rededor de las 7 de la mañana a este municipio para vender periódicos en el que se resaltaba una noticia del asesinato de una personas.
En ese momento esa era la forma de vender el periódico, se colocaba un altavoz en el toldo de carro y se hacía una grabación con la nota destacada, luego se recorrían las calles y las personas salían de sus casas a comprarlo, aún no había redes sociales, relató el que en su momento era coordinador del periódico.
Los voceadores fueron interceptados por un grupo criminal, presumiblemente de Los Rojos. Los encajuelaron en su propio carro y llamaron a Chilpancingo para pedir rescate o los asesinarían. El director del periódico que se encontraba en Acapulco de forma tajante dijo que no, que no pagaría un rescate porque el hacerlo los obligaría a pagar más después.
El coordinador buscó forma de pedir favores entre los mismos miembros de la delincuencia. Logró hacer un acuerdo y que los liberaran sin pagar un rescate, también se recuperó el automóvil, pero jamás este medio regresó a vocear; es más, no volvió a mandar un ejemplar a este municipio.
ZONA AISLADA
Hoy en día en Chilapa sólo trabajan cuatro reporteros, y de estos ninguno cubre notas policiacas, notas que tengan que ver con los grupos delincuenciales, muchas veces ni siquiera notas de protestas sociales, pues hacerlo se exponen a que los identifiquen y los levanten, relató uno de ellos.
Noticias políticas sólo las que se generan a favor del alcalde y publican en sus redes sociales. “Notas fuertes las hacemos para venderlas a periódicos nacionales que se editan en la Ciudad de México, son los que pagan, pero se publican sin crédito para protegernos.
“Actualmente no hay condiciones, las autoridades siguen coludidas, con los grupos delincuenciales, entonces hacemos periodismo pero muy relajado”, agregó el periodista consultado, a quien ya no le tocó la temporada más grave de la delincuencia, pero con lo poco que ha vivido está seguro que no hay condiciones para que en Chilapa afloren noticias de corrupción o de violencia, “somos un municipio en silencio”.
*Editor de la Organización Editorial Mexicana
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