La inversión fija bruta —considerada el termómetro de la economía mexicana porque representa la compra de activos fijos como maquinaria, equipo o la edificación de infraestructura de las empresas a largo plazo— tiene la menor aportación al PIB.
A lo anterior se debe excluir al 2020 —año de la crisis sanitaria por la Covid-19—, según cifras que fueron reveladas por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Según la oficina de estadísticas, la inversión fija bruta aportó en 2021 solo el 18.2 % de la formación del Producto Interno Bruto (PIB), cuando en 2019 fue de 19.3 %, y en 2018, año de la salida del expresidente Enrique Peña Nieto, un 20.2 por ciento.
En 2020, durante la peor parte de la pandemia y la ralentización de la economía, la inversión fija bruta contribuyó con 17.3 %, por lo que apenas en 2021 recuperó la mitad de lo que perdió en la crisis sanitaria.
La media histórica de aportación a la formación del PIB corresponde a 20.77 %, lo que significa que hay un déficit en su contribución de 257 puntos base o de 2.57 %.
Aunque respecto a 2021 existe un rebote, no hay una recuperación en el sector que es el termómetro para el crecimiento económico futuro, sino por el contrario, se observa una caída continua desde 2015 en el indicador, la que se ha pronunciado en la actual administración morenista.
Para los economistas, la inversión es una “bola de cristal”, ya que en ella se observa parte de la tendencia de una economía y que tanta confianza hay de los inversionistas por mantenerse en un país, arriesgar su capital y crear empleo.
En términos anuales, la inversión fija bruta creció un 10.5 % en 2021, pero en 2020 cayó un 17.7 %, por lo que el encogimiento de la inversión fue más fuerte que su rebote.
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De dicho repunte en 2021, lo que más aportó a su interior fueron las actividades terciarias, como los servicios financieros, comerciales, educativos, de salud (públicos y privados), y otros más, los cuales crecieron de 67.2 % a 67.5 % en el último año en mención.
Esto se ha ligado a una expansión del gasto por los altos costos de las mercancías que ya han aumentado más que la inflación general que mide el Inegi.
Mientras esos sectores de la economía crecieron, los activos fijos en las actividades secundarias registraron una contracción de 31.6 a 31.5%, en términos anuales.
Así, la minería, la generación eléctrica, construcción y manufacturas disminuyeron su participación.
El sector primario, que considera a toda la agricultura y al sector pecuario, sufrió una disminución de 1.2 a 1.0 % en el último año.
Una evidencia de desconfianza de los empresarios en México es que la formación de la inversión fija bruta bajó de 74.4 % en 2020 a 72.4% en 2021, un 2.0 % menos.
La inversión en activos fijos para la operación es fundamental para el crecimiento económico de cualquier país en el mundo.
Por ello es importante conocer su comportamiento para la toma de decisiones de los distintos sectores económicos, así como para el gasto público, ya que a mayor inversión habrá más empleo, lo que deriva en el pago de más contribuciones al Estado.
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