Desde el 13 de noviembre 2017 William Ripple, Profesor Distinguido de Ecología en la Facultad de Silvicultura de la Universidad Estatal de Oregón, encabezó un equipo internacional de investigadores en la elaboración del artículo “Advertencia de los científicos mundiales a la humanidad: un segundo aviso” que fue publicado en la revista BioScience y firmado por más de 15 mil integrantes de la comunidad científica en 184 países.
Se trataba de un “segundo aviso” pues, en 1992, la Unión de Científicos Preocupados junto con más de mil 700 científicos independientes, incluida la mayoría de los premios Nobel de ciencias vivos en aquel momento, publicaron la “Advertencia de los científicos mundiales a la humanidad”, donde se señaló que “se requiere un gran cambio en nuestra administración de la Tierra y la vida en ella, si se quiere evitar una gran miseria humana”.
Dado que a pesar “de importantes negociaciones globales, hemos seguido haciendo las cosas como siempre y no hemos logrado abordar esta crisis”, Ripple con su colega Christopher Wolf y otros publicaron el 5 de noviembre de 2019 la “Advertencia de los científicos mundiales sobre una emergencia climática”.
“El cambio climático ha llegado y se está acelerando más rápido de lo que muchos científicos esperaban”, señaló en ese momento Ripple, y la publicación tuvo más de 11 firmantes del mundo académico de 153 países.
A diferencia de la primera publicación, además de los gráficos que muestran los cambios y tendencias en lo que podría considerarse los “signos vitales del planeta”, Ripple y sus colegas señalaron seis áreas en las que la humanidad debería tomar medidas inmediatas para frenar los efectos del calentamiento del planeta.
Por ejemplo, en el tema de la energía propusieron implementar prácticas de conservación masivas; sustituir los combustibles fósiles por energías renovables bajas en carbono; dejar las reservas restantes de combustibles fósiles bajo tierra; eliminar los subsidios a las empresas de combustibles fósiles, e imponer tarifas de carbono que sean lo suficientemente altas como para restringir el uso de combustibles fósiles.
Hicieron propuestas similares en cuanto a los contaminantes de vida corta, la protección de la naturaleza, el consumo de alimentos e incluso la población y la economía, que además de descarbonizarse y frenar la explotación de los ecosistemas, debería alejarse de los objetivos del crecimiento del producto interno bruto y la búsqueda de riqueza para concentrarse en la sustentabilidad.
Esta semana, como se reportó en ejecentral, Ripple y Wolf hicieron un tercer intento, con la publicación el pasado martes, Día Internacional Contra el Cambio Climático, del “Informe sobre el estado del clima 2023: entrando en territorio inexplorado”, que actualiza la publicación de 2019 y cuenta con firmas de 15 mil integrantes de la comunidad científica de 163 países.
Con motivo de la nueva publicación, que incluye datos de 2023, que será por mucho el año más cálido del que se tenga registro, Ripple contestó algunas preguntas de ejecentral:
¿Cuál fue el impacto del artículo “Advertencia de los científicos mundiales sobre una emergencia climática” de 2019?
Nuestro documento original de advertencia de emergencia climática ayudó a crear conciencia sobre este importante tema entre el público y los formuladores de políticas. Creemos que el término “emergencia climática” refleja apropiadamente la gravedad de la crisis climática. Desde que se publicó nuestro artículo, este término se ha vuelto mucho más utilizado y muchos gobiernos han declarado emergencias climáticas.
¿Cuáles son las principales diferencias entre ese informe y el que se publicó el 24 de octubre? Tanto en lo que se refiere al clima como a los propios informes.
Desde que se publicó nuestro primer informe (el de 2017), muchos de los signos vitales planetarios que rastreamos, como los niveles de dióxido de carbono, han seguido empeorando. Una diferencia importante con respecto a 2019 es que ahora estamos viendo un aumento más dramático en la frecuencia y gravedad de las olas de calor y otros eventos climáticos extremos relacionados con el clima. En consecuencia, hemos reestructurado nuestro informe para enfatizar mejor estos desastres.
Como una nota más alentadora, también ha habido un rápido aumento en la desinversión en combustibles fósiles, lo que refleja que más instituciones evitan los activos relacionados con los combustibles fósiles.
En México tenemos una larga tradición de subsidiar los combustibles fósiles, ¿cuáles son los principales problemas asociados a este tipo de políticas?
Nuestro informe señala que el valor global de los subsidios a los combustibles fósiles se ha más que duplicado entre 2021 y 2022 (pasaron de alrededor de 531 mil millones de dólares a poco más de 1 billón de dólares, según el informe). Estos subsidios son una preocupación importante porque apoyan a la industria de los combustibles fósiles, que es destructiva para el clima, y penalizan efectivamente el uso de fuentes de energía renovables. Por lo tanto, creemos que deberían eliminarse rápidamente.
¿Cuáles serían las principales consecuencias de las altas temperaturas registradas en 2023 y cuándo empezaremos a experimentarlas?
Estamos especialmente preocupados por el aumento de las temperaturas que provocará más desastres relacionados con el clima y condiciones meteorológicas extremas. Por ejemplo, el calentamiento puede provocar tormentas más intensas, peligrosos incendios forestales y olas de calor prolongadas. Ya estamos viendo estos efectos, pero creemos que podrían verse exacerbados por el calentamiento reciente.
Ripple y colegas concluyen el Informe de este años con un llamado urgente a la acción y la atención global, afirmando que “este es nuestro momento de marcar una profunda diferencia para toda la vida en la Tierra, y debemos abrazarlo con valentía y determinación inquebrantables para crear un legado de cambio que pase la prueba del tiempo”.
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