Cuando miembros del Ejército y de la Agencia de Investigación Criminal detuvieron la semana pasada a Dámaso López, el heredero de Joaquín El Chapo Guzmán en una de las facciones del Cártel del Pacífico, lejos de amedrentarse fue amenazante. El Licenciado, como lo apodan, fue amenazante y les dijo que eso le costaría la vida a todos quienes participaron y también a sus familiares. Los comandos llevaban las caras tapadas, lo que no los excluye de riesgos, pero quien se tomó las cosas con mayor preocupación, y ha sido comidilla en el ámbito de los policías federales, es Omar García Harfuch, jefe de la AIC, quien por lo pronto, dicen los que saben, ya pidió que le reforzaran la seguridad, por aquello de las dudas.