Redacción ejecentral
El presidente de Brasil, Michel Temer, dejó su residencia oficial, el Palacio de Alvorada, debido a las “malas vibras” le de daba el lugar, reportó Brazilian Weekly.
Temer, su esposa Marcela, y su hijo de siete años, Michelzhino, abandonaron su hogar tras sólo diez días de vivir ahí, y se trasladaron a la casa vicepresidencial, donde no habita nadie, argumentando que podría haber fantasmas.
“Sentí algo extraño ahí. No pude dormir desde la primera noche. La energía no era buena. Marcela sintió lo mismo, solo Michelzhino, que corría de un lado a otro, lo amó. Así que nos empezamos a preguntar, ¿podrían ser fantasmas?”, dijo el Presidente a la revista Veja.
Fuentes aseguran que la primera dama ya invitó a un sacerdote a su hogar para que se deshaga de los “malos espíritus”.
Ya que Michelzhino es el primer niño pequeño que habita Alvorada desde 1960, algunas modificaciones fueron necesarias. Sin embargo, nada logró que Temer se sintiera cómodo en su hogar presidencial.
“Al Presidente nunca le gustó, algo se sentía muy frío”, comentó una fuente cercana. AS