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Luis León
El primer síntoma de que Televisa estaba en un grave problema se dejó ver este año, apenas unos meses atrás, cuando por primera vez en 23 años TV Azteca marcó un rating superior en el horario estelar, frente al noticiario bandera del Canal 2, encabezado por Denise Maerker.
Televisión Azteca programó una hora antes del noticiario de Javier Alatorre su nueva narcoserie Rosario Tijeras. Cuando se dio cuenta del impacto, en respuesta, Televisa lanzó al aire la retransmisión de las series La Reina del Sur y El Capo, pues no se encontraba preparada con nuevas producciones. Al mismo tiempo, la trasmisión de la serie policiaca Perseguidos del nuevo canal Imagen Televisión, abonó a la presión.
La estrategia con la que Televisa trató de contrarrestar los golpes al rating que le habían dejado las dos producciones de sus competidoras fue su intento por influir para que la Secretaría de Gobernación, a través de RTC, sancionara la proliferación de narcoseries, al argumentar que hacían apología del delito y de la violencia, pese a que eran trasmitidas en horario clasificación “C”.
El letargo de Televisa, al no prevenirse para protegerse ante los nuevos esquemas de consumo audiovisual a nivel internacional, dejó ver la obesidad de su estructura, la poca flexibilidad para realizar coproducciones, la negación para trabajar con productores independientes y el no tener listos nuevos talentos, trajo como consecuencia la caída sostenida de ventas, utilidades y audiencia, Televisa perdería dos puntos de share en los primeros días de 2016, TV Azteca ganó dos puntos de share y ganó dos puntos del dinero en publicidad, correspondiente a mil millones de pesos. Así, el gran emporio internacional de la televisión mexicana se vio obligada a cambiar aceleradamente, pero comenzó tarde y con urgencia. Los recientes recortes laborales en Televisa de cuatro mil empleados es una de las respuestas, que llega dos años tarde frente a su principal competidor en televisión abierta. TV Azteca comprendió las dinámicas mundiales hace dos años. Sus pérdidas al primer trimestre de 2015 alcanzaron hasta 5.4, lo que significaba una pérdida del 40% de su valor como empresa, respecto a 2014. Entonces, adelgazó su planta laboral, contrató a productores independientes, hizo coproducciones internacionales con nuevos formatos y que ya comenzaron a tener éxito, como el caso de la serie del cantautor Juan Gabriel Hasta que te conocí. Es así que la televisión abierta está lejos de estar en coma o por morir, los medios tradicionales conservan la mayor audiencia, detalló Rodrigo Gómez, director de HR Media, empresa dedica a la medición de ratings. Lo que ha ocurrido, añadió, es que existe el riesgo de no actuar en consecuencia con los cambios que exigen las audiencias, pues el 60% de la población consume contenidos en nuevas plataformas. “Hoy la televisión en los hogares es el medio de mayor penetración, los comportamientos de las audiencias se encuentran estables y se encuentran dentro del margen de toda medición estadística a pesar del repunte en la penetración de la televisión restringida”, precisó el experto.
Pese a los enormes montos que representa el gasto en publicidad, durante los últimos 10 años ocurrió un lento declive en televisión abierta, debido a las nuevas plataformas tecnológicas. La nueva manera de consumo ha tenido un impacto directo en las audiencias en la televisión como la conocíamos.
Durante 2015, el gasto en publicidad representó más de 80 mil millones de pesos depositados en medios como la televisión, radio, periódicos e internet.
La inversión publicitaria en México alcanza tres mil millones de dólares anuales, según el Consejo Latinoamericano de Publicidad de Multicanales (Lamac).
En la primera medición del rating en este año, el índice de audiencia de televisión de paga incrementó 17%, mientras el de televisión abierta decreció 23% con respecto a diciembre de 2015, según la medición de Lamac.
Aunque ninguna plataforma tecnológica tiene el impacto directo de cinco o 14 millones de personas al mismo tiempo, la gratuidad de la televisión abierta hará posible su sobrevivencia.
Renovarse o morir
Uno de los secretos de las empresas televisivas radica en su horario estelar, de 21:00 a 23:00 horas, en el que concentran el máximo nivel de audiencia y, en consecuencia, el mayor volumen de ventas por publicidad. Esto explica por qué los cambios se han concentrado en esta barra, que al encontrar la fórmula se llevara el mayor pedazo de pastel publicitario en disputa.
El 22 de agosto la periodista Denise Maerker asumió la conducción del noticiario estelar de Televisa, en sustitución de Joaquín López-Dóriga. La empresa apostó a renovar rostros, discurso y estilo. No consideró necesariamente a las audiencias, sino las elecciones de 2018. La improvisación y falta de cuadros de confianza hizo que, a pesar de que López Dóriga ya estaba fuera de la barra medular de la televisora, de todas formas fuera el elegido para salir a cuadro para la transmisión especial de la muerte del cantante y compositor Juan Gabriel, el 28 de agosto. Esto generó roces internos que no se han apaciguado, pues Maerker reprochó no haberla incluido.
El 1 de diciembre pasado, “por razones comerciales”, Televisa despidió al personal que laboraba en su barra de opinión nocturna: Chapultepec 18, Si me dicen no vengo, La Entrevista por Adela, Peladito y en la Boca, y Alebrijes: Águila o Sol. Ninguna marca quiso anunciarse.
Estos fueron los efectos que ya no podían ocultarse, pero en realidad los primeros datos sobre la grave crisis se asomaron desde el 20 de diciembre de 2015, cuando salió del aire En Familia con Chabelo, tras 48 años de aparecer en canal 2. La principal razón: los acuerdos comerciales no los hacía la empresa. En el último trimestre de este año, tras la salida del programa Estilo late night, Esta noche con Arath, que sólo estuvo 12 semanas al aire, José Bastón, presidente de Televisión y Contenidos de la empresa, para atajar el impacto negativo, aseveró que no había una crisis. Para el próximo año, el dinero de la publicidad seguirá fluyendo en la televisora, aunque con una posible pérdida del 10%. Pero además, podría enfrentar serios problemas, no sólo por su letargo, sino que se prevé que a mediados del próximo año los cambios empezarán a sentirse desde arriba, en la cúpula, una de las razones proviene de las investigaciones que existen en la Securities and Exchange Commission de Estados Unidos, por la posible doble contabilidad que Televisa sostiene y no reporta a sus inversionistas extranjeros; otro de los motivos son los escándalos por los casos sobre corrupción en la FIFA y que involucra a directivos de la empresa.
La Televisión en transición
El negocio de Televisa se ubica en la televisión restringida, específicamente SKY. Las sinergias entre ambas plataformas abonan ventajas económicas, pero hoy por hoy la televisión restringida de Televisa está subsidiando a la televisión abierta. Las ventas anuales en 2015 de Sky se incrementaron en 10%, al colocarse en 19 mil 253 millones de pesos en comparación con 17 mil 498 millones en 2014.
Este 2016 Televisa cerrará con severas pérdidas de audiencia. El 5 de septiembre dejó de llegar a tres millones de espectadores de sus canales de cable, porque Megacable dejó de transmitir 12 de los canales de paga de Televisa. Esta pérdida se traduciría en una baja del 2.5% de sus ingresos por contenidos.
La Encuesta Nacional de Consumo de Contenidos Audiovisuales, realizada por el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), refiere que 81% de las personas que tienen televisor acostumbran ver los canales abiertos. Estos contenidos también son los más vistos entre las personas que contratan un sistema de televisión de paga; además de que seis de cada 10 hogares mexicanos dependen de la señal de televisión abierta. Los más vistos son los noticieros, telenovelas, películas y series. La televisión restringida representa audiencias de casi 9.5 millones de televisores en nuestro país, de un universo de 16 millones 882 mil 454 unidades. Al menos 56% de la población consume contenido por cable. A partir de 2013, que se aprobó la reforma en telecomunicaciones, los servicios de televisión de paga se incrementaron en 30%, según el IFT.
“Este fenómeno de crecimiento de la televisión de paga viene a acentuar la hiperfragmentación audiencias. Cada vez será más difícil alcanzar a los consumidores”, agregó Gary McBride, CEO de Lamac. Es así que las audiencias marcarán el rumbo de la tranformación de la televisón abierta.eC