Las presiones inflacionarias y el que la Reserva Federal haya aumentado su tasa de interés hace una semana, lo que creara un diferencial más estrecho, y por consecuencia un menor atractivo para la tasa de interés que tiene el Banco de México, obligó a que los miembros de la Junta de Gobierno votaran por el tercer incremento de 75 puntos base en su tasa objetivo.
Desde que el Banco Central mexicano es el encargado de lidiar con la inflación, no había enfrentado una tasa tan alta, y las medidas que ha tomado no han podido frenar o desinflar el aceleramiento de precios de una manera contundente.
El banco menciona en su comunicado que “entre los riesgos globales destacan los asociados a la pandemia, la prolongación de las presiones inflacionarias, el agravamiento de las tensiones geopolíticas y mayores ajustes a las condiciones económicas, monetarias y financieras”.
Banxico reconoció que se “mantiene un entorno incierto, con un balance de riesgos para la actividad económica sesgado a la baja”. Además de que las presiones inflacionarias acumuladas derivadas de la pandemia y del conflicto bélico continúan afectando a la formación de precios, en niveles no observados en dos décadas.
La autoridad monetaria espera que la inflación converja en el 3%, que es el objetivo, en el tercer trimestre de 2024; sin embargo, menciona que esto está sujeto a riesgos, tanto al alza como a la baja.
SIGUE LEYENDO:
Hacienda anticipa más endeudamiento este año
Balanza comercial con el mayor déficit de su historia para un enero-agosto
