En teoría, se podría detectar a los pacientes con riesgo de desarrollar una forma severa de la enfermedad haciendo test sobre el nivel de calprotectina en su sangre
Estudios recientes confirman que es cierto que el músculo es sensible a la ingesta de proteínas tras un entrenamiento de fuerza, pero que la ventana anabólica no es tan estrecha como se pensaba