Las máquinas son cada día más inteligentes, autónomas y potencialmente peligrosas; ahora las preguntas deberían ser si pueden y deben tener una “conciencia”, distinguir el bien del mal y hacerse responsables de sus acciones
Nuevos descubrimientos en la genética y en las neurociencias nos ayudan a entender mejor desde la congruencia que tenemos entre nuestros principios y nuestra conducta hasta el origen de nuestras opiniones sobre el comportamiento de otras personas