Los gobiernos de Fox, Calderón, Peña Nieto y ahora, Obrador, alimentaron un elefante blanco para albergar a los presos más peligrosos, justo dentro de la comunidad veracruzana de Gildardo Muñoz, un lugar de alta marginación. Con el dinero gastado podrían haber construido toda la infraestructura de luz, drenaje pavimentación y casas que hasta hoy no tienen sus 600 habitantes