Curioso es saber en dónde está la prosperidad del negocio de la chocolatera Rocío, propiedad de los hijos del Presidente, pues además de verlo como cajas de regalo en varias dependencias, no se les ve por otro lado
Hablando de chocolates, cuando don Francisco fue encargado de penales federales, dicen los que saben, obligó a su personal a comprar, a cada uno, una caja con 10 chocolates, dependiendo del cargo era a cómo se pagaba