Tácticas de miedo en deportaciones a México

10 de Enero de 2025

Tácticas de miedo en deportaciones a México

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THE INTERCEPT_|El término “inmigrante criminal” incluye a condenados, acusados y sospechosos

border-patrol-immigration-1487967226-article-header Foto: John Moore/Getty Images

> En las últimas semanas se observa una expansión del término “inmigrante criminal” que incluye a personas condenadas, acusadas o aquellas que parezcan sospechosas de cualquier delito.

Cora Currier | The Intercept_ Las primeras acciones de la administración de Trump en materia de migración representan una posición dura sin precedentes, una que proyecta a miles de nuevos agentes, recluta a la policía local como agente de inmigración, hace que prácticamente la deportación de todos los inmigrantes sea prioridad, pasa por alto los tribunales de inmigración y ordena la construcción del muro a lo largo de la frontera mexicana. Esta semana, Donald Trump se refirió a su política de migración como una “operación militar” contra “pandilleros”, “narcotraficantes” y “hombres malos”.

A pesar de presentar estas políticas con una gran carga emocional, aún está por verse si serán implementadas en su totalidad: el dinero y la mano de obra necesarios para llevarlas a cabo serían extraordinarios. Hay similitudes entre los esfuerzos de Trump y algunas viejas medidas migratorias severas de Estados Unidos, cuando la retórica de “migrantes criminales”, las redadas y los números inflados de deportación crearon lo que era esencialmente una “campaña de terror” en las comunidades inmigrantes mexicanas, dice Kelly Lytle Hernández, de la Universidad de California, en Los Ángeles.

“Creo que nos ayudaría hacer todo lo que esté en nuestras manos para luchar contra la campaña de miedo”, que promueve las operaciones de imposición de Trump, dijo. “No quiero decir que el terror no sea real, pero no queremos inflarlo. No quiero cumplir la visión de Trump de una deportación masiva alimentando el pánico y el miedo”.

The Intercept platicó con Hernández sobre la historia de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos y que documentó en su libro de 2010 Migra!, en el que utilizó registros y memorias de ambos países.

›La Patrulla Fronteriza se formó con un acto del Congreso en 1924, justo después de la aprobación de una ley que prohibía la inmigración desde Asia y limitó a otras tantas nacionalidades. Inicialmente, un par de cientos de patrulleros dispersos en varios lugares eran responsables de hacer cumplir la ley de inmigración en los puertos de entrada y hasta 160 kilómetros hacia el interior del país.

Después de los ataques del 11 de septiembre, la organización se convirtió en parte de la Aduana y Protección Fronteriza de Estados Unidos, bajo el recientemente creado Departamento de Seguridad Nacional. La Patrulla Fronteriza es ahora una fuerza de 20 mill hombres que funciona como símbolo de la obsesión de la nación por “asegurar” la frontera y vigilar las comunidades mexicanas y centroamericanas.

La entrevista ha sido editada por razones de longitud y claridad.

¿Cómo se formó la Patrulla Fronteriza y cómo ha cambiado su autoridad a lo largo de los años?

— La historia de la organización es más compleja de lo que sugiere su mandato. Al principio, la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos concentraba sus recursos y su poder discrecional en vigilar a una población en particular: a los inmigrantes mexicanos no autorizados. Esa ha sido su práctica constante desde 1924.

Los primeros oficiales no provenían de la Policía de Texas, ni tenían antecedentes militares: eran hombres blancos sin tierras, empleo o subempleados de la región fronteriza. Estos hombres tomaron el mandato de aplicar la ley de inmigración de Estados Unidos y conviertieron en una práctica común la vigilancia de inmigrantes mexicanos no autorizados. En la región fronteriza entre Estados Unidos y México en los años 20 y 30 y 40, si no tienes tierra, no tienes poder.

La Patrulla Fronteriza de hoy, especialmente a través de su sindicato, está asociada con algunas de las voces antinmigración más duras. En Migra! se muestra una relación más matizada entre los oficiales y las comunidades.

¿Cómo evolucionó esa postura política en materia de inmigración?

Los oficiales de la Patrulla Fronteriza no eran duros; buscaban un buen trabajo, y encontraron un empleo federal con pensión y salario alto en la Patrulla Fronteriza. Luego siguieron las prácticas, a menudo violentas, establecidas por la gente local entre 1930 y 1940. Estos oficiales antinmigración no estaban llenos de rabia. Hay algo diferente en este momento político y cultural, en el que la Patrulla Fronteriza y los sindicatos del ICE apoyan algunas de las medidas y órdenes más extremas del presidente Trump. El gobierno de Trump propone un incremento masivo en la seguridad en la frontera. Un drástico aumento en el número de agentes, redadas grandes y bien publicitadas; ¿cuándo hemos visto esto antes?, ¿y cuánto se relaciona con la realidad de lo que sucede en la frontera?

La Operación Wetback de 1954, algo que el presidente Trump dijo en su campaña que iba a resucitar. La forma en que esta operación fue vendida al público estadunidense fue por una crisis de inmigración ilegal y para ello se necesitaba una exhibición masiva de fuerza y deportar a cerca de un millón de personas.

>PERSECUCIÓN HISTÓRICA. En la actualidad, oficiales fronterizos rechazan haber ejercido brutalidad hacia migrantes en otras décadas, aunque sustituyeron otros medios de coerción.

Con esa retórica, en el verano de 1954, la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos lanzó una serie de redadas coordinadas y publicitadas que llenaron de pánico a las poblaciones de inmigrantes y a muchos empleadores en las fronteras.

›Ahora estamos viendo una expansión en la noción de inmigrante criminal en la que se incluyen a todas las personas que no sólo han sido condenadas, sino también a las acusadas o de las que simplemente se sospecha de cualquier tipo de delito, incluyendo cualquier delito menor o sólo la entrada ilegal a los Estados Unidos.

Daba la sensación de que había una campaña de deportación masiva en curso, aunque la deportación masiva no sucedió. A lo sumo, 250 mil personas fueron deportadas ese verano; no era ni de cerca un millón de personas que han citado el presidente Trump y otras voces.

La campaña del verano de 1954 no fue realmente de deportación.

Fue una campaña de terror, y lo que se pretendía era la legalización. La campaña publicitaria se basó en unas cuantas redadas espectaculares diseñadas para asustar a los inmigrantes y que salieran del país. Bajo el radar, sin que la prensa los siguiera, la Patrulla Fronteriza y el Servicio de Inmigración y Naturalización (INS, por sus siglas en inglés) se vieron con los empleadores de la frontera, en su mayoría agrícolas, e insistieron en que usaran una versión más sencilla del programa bracero para legalizar a toda su mano de obra indocumentada —lo que se le conoció como “secar al mojado”—. Y los empleadores lo cumplieron. Así que lo que realmente ocurrió fueron tácticas de miedo y amnistía masiva. Lo que hoy vemos es sólo la táctica de miedo. Y dependiendo de cómo financia el Congreso las órdenes de Trump y los memorándums que estamos viendo del Departamento de Seguridad Nacional, es probable que también se lleven a cabo las redadas.

›La Operación Wetback no iba por todos los inmigrantes indocumentados. Estaba dirigida únicamente a los inmigrantes mexicanos. Fue una campaña específicamente racial. Cuando hablamos de la Operación Wetback, estamos hablando de una historia racial, y tenemos que ser muy claros sobre lo que está sucediendo por encima de todo el ruido de fondo.

En tu libro explicas cómo la Patrulla Fronteriza hizo un cambio intencional en su lenguaje para describir a los inmigrantes. ¿Cómo se involucró a la Patrulla Fronteriza para convertir un tema de inmigración en una cuestión criminal? A la Operación Wetback le siguió un cambio en la lógica de por qué aplicamos la ley de inmigración. La lógica era: tuvimos deportaciones masivas, eliminamos a muchos de los llamados “hombres malos”, y ahora nos vamos a enfocar en el inmigrante criminal. La Patrulla Fronteriza cambió el lenguaje de lo que hace y por qué lo hace. Hasta 1954 habían vigilando principalmente a los trabajadores no autorizados. Después de ese año, hicieron un cambio consciente hacía la política del llamado “inmigrante criminal”. Encontraron a muy pocos –es decir, inmigrantes declarados culpables de un crimen–, y, sin embargo, insistieron en usar ese lenguaje para crear una nueva lógica para explicar por qué la Patrulla Fronteriza había invertido tantos de sus recursos en la vigilancia de la migración ilegal en la frontera. La semana pasada, se filtró un memorándum en el que se propone el despliegue de la Guardia Nacional para aplicar la ley de inmigración. Hubo una vez un plan llamado Operation Cloudburst que contemplaba algo similar.

El año anterior a la Operación Wetback, la Patrulla Fronteriza, el Servicio de Inmigración y Naturalización INS y el Presidente Eisenhower consideraron el despliegue de la Guardia Nacional para atrapar inmigrantes mexicanos indocumentados. De esa manera, la Patrulla Fronteriza podría tener acceso a camiones militares, organizarse en grupos de trabajo de respuesta rápida, utilizar aviones, trenes, camiones y autobuses para llevar a cabo una serie de redadas masivas durante 1954. Es decir, usar tácticas y equipo militar, pero no a las tropas.

Escribiste cómo es que la Patrulla Fronteriza actuó de manera diferente cuando se trató de vigilar a los trabajadores migratorios –hombres, principalmente– y mujeres y niños. Encontraste archivos que mostraban cómo estos oficiales a menudo se sentían incómodos con la idea de vigilar a familias enteras, especialmente cuando se encontraban resistencia de parte de las mujeres. ¿Cómo cambió la concepción de lo que es aceptable y moral en la ejecución de la ley de inmigración?

Entre 1942 y 1965, los gobiernos de Estados Unidos y México tuvieron un esquema laboral llamado Programa Bracero con el que varios millones de inmigrantes mexicanos pudieron trabajar legalmente en Estados Unidos.

›Se limitaba a los trabajadores rurales, a los trabajadores agrícolas y, lo que es más importante, a los hombres. Ese tipo de exclusión de género del programa laboral garantizó que las mujeres y los niños no tuvieran acceso a las vías legales de migración. Al mismo tiempo que teníamos el Programa Bracero, tuvimos un crecimiento de migración ilegal de mujeres y niños mexicanos, muchos de los cuales venían a acompañar a los hombres del programa bracero, o simplemente porque necesitaban trabajo también. Terminamos con un sistema de trabajo bifurcado: el primero es legal y masculino, y el segundo es ilegal y femenino y está lleno de gente joven.

Durante este periodo, la Patrulla Fronteriza se enfrentó a un gran número de mujeres que cruzaban la frontera, y los enfrentamientos que tuvieron con las mujeres y los niños —que a menudo se defendían, gritaban o protestaban por su arresto— era algo que incomodaba a los oficiales de la Patrulla Fronteriza, especialmente cuando en invierno los turistas llegaban a la frontera y observaban cómo hacían su trabajo.

border-patrol-immigration-2-1487966778-1024x759En las décadas de 1940 y 1950 se produjo una gran expansión de ese muro y fue en parte un esfuerzo para evitar que las mujeres y los niños cruzaran por donde ni los turistas y ni los miembros de la comunidad podían verlos.

Los oficiales de la Patrulla Fronteriza podrían hacer sus arrestos en el desierto, o las mujeres y niños tendrían que someterse a cruces mucho más peligrosos. Ésta es una de las historias olvidadas de la frontera México-Estados Unidos: está permeada de problemas de género, jóvenes y esfuerzos por parte de Estados Unidos para ocultar la violencia al ejecutar la ley en la la frontera.

El Departamento de Seguridad Nacional también indicó que deportará a personas que no son mexicanas a México y que los solicitantes de asilo centroamericano deben esperar en México hasta que lleguen a una audiencia.

¿Podrías hablar de la historia de la cooperación entre Estados Unidos y México sobre la vigilancia de la frontera y las crisis anteriores en la relación?

Hubo un largo periodo de tiempo, en la década de 1960, en el que los gobiernos de Estados Unidos y de México se alinearon en gran medida en el tema del control de la migración mexicana a lo largo de la frontera. Desde la perspectiva de Estados Unidos, sí, los empleadores querían desesperadamente acceso a una población laboral sin restricciones, y querían que los mexicanos no tuvieran restricciones para entrar y salir del país.

Sin embargo, hubo otro impulso dentro de Estados Unidos que aseguraba que los mexicanos eran racialmente impropios, no aptos para la ciudadanía.

Ese séquito muy poderoso —que hoy se conoce como etnonacionalistas, pero que entonces se conocía como nativistas—, quería que hubiera poca o ninguna inmigración mexicana. En este debate entre los patrones y los nativistas llegamos a una especie de compromiso que permitía la migración mexicana hacia Estados Unidos, pero con un alto grado de control fronterizo. Desde la perspectiva del gobierno mexicano, ciertamente desde los años 20 hasta la década de 1960, existía la preocupación de que muchos mexicanos abandonaban México y llevaban su fuerza de trabajo a Estados Unidos en un momento en que el país intentaba reconstituirse política, cultural y económicamente después de la Revolución Mexicana. Había intereses dentro del gobierno federal mexicano y entre los empleadores mexicanos que querían que la inmigración mexicana, siempre que fuera posible, se detuviera, para que la mano de obra permaneciera en México.

Hay una larga historia de periodos en los que Estados Unidos y México han trabajado juntos para controlar la migración mexicana. Lo que es nuevo es ver que el gobierno mexicano se opone tanto a los planes de deportación de Estados Unidos.

border-patrol-immigration-1-1487966773-1024x908 Foto: Harry Pennington / Keystone Features / Getty Images

Existe el precedente de inmigrantes chinos durante la década de 1930. En Estados Unidos había un fuerte sentimiento antichino, antiasiático que se convirtió en ley en 1924, y en la que todas las personas de origen asiático se les prohibía entrar a Estados Unidos.

Hubo un sentimiento similar en México en la década de 1930, y ocurrieron una serie de disturbios y masacres. Por lo tanto, cuando se trató de la cuestión de la inmigración china, los gobiernos federales de Estados Unidos y México hicieron todo lo posible para mantener a los inmigrantes chinos fuera de su país, y a veces había peleas justo en la frontera, donde podías ver a agentes estadunidenses y mexicanos literalmente aventando a los trabajadores chinos por la valla de su país para que fueran hacia el otro.

No podemos estar con la esperanza de que se les dé la bienvenida y esperen sus audiencias de asilo en México, y puede que volvamos a ver condiciones parecidas a lo que les sucedió a los inmigrantes chinos en la frontera en los años 30.