Las tabletas han perdido popularidad entre el consumidor en general; sin embargo, se han mantenido como una herramienta laboral cada vez más importante. Por ello, las diferentes empresas tecnológicas van creando modelos que faciliten el trabajo a los productores de contenido integrando un tablero físico así como un stylus. Eso las hace atractivas para la gente que está trabajando, ya sea escribiendo un informe, dibujando o diseñando algo en una aplicación con gráficos.
“No es ningún secreto que las tabletas se venden menos, con excepción de los sitios donde hay productividad”, expresó Gary Riding, vicepresidente senior de Samsung, usando el término “productividad” para aludir a todo lo que no es juego. Estos aparatos son más caros. Muchos se venden a cerca de mil dólares, o más con accesorios. Las empresas las presentan como reemplazantes de las PC y no como aparatos para ver videos, leer libros y jugar juegos, todas estas cosas que uno puede hacer en su teléfono.
En 2015 la venta de tabletas bajó un 10% a nivel mundial, generando 207 millones de dólares. Para este año se espera que se reduzca otro 6%, según IDC. Sin embargo, la venta de tabletas a las que se les pueden acoplar tableros se duplicaron, para llegar a 17 millones el año pasado. Se calcula que se venderán 64 millones para el 2020 y representarán un 30% del mercado de tabletas, comparado con el 8% actual.
“No todo es negativo”, dijo el analista de IDC Jitesh Ubrani. “Microsoft está comercializando muy bien sus tabletas con tableros acoplados y todo el mundo está siguiendo sus pasos”.
En cierto sentido, Apple fue víctima de su éxito tras el debut del iPad en el 2010. Los aparatitos causaron sensación cuando la gente vio que podían reemplazar a las laptops. Pero no son renovadas con la misma frecuencia que los teléfonos. Y a medida que los teléfonos se hicieron más grandes, muchos empezaron a preguntarse hasta qué punto necesitaban tabletas.
Microsoft irrumpió en ese mercado con una tableta que usaba Windows y estaba dirigida a los profesionales. Microsoft Surface no tenía las aplicaciones de juegos de los iPad y las tabletas Android, pero contó con Word, Excel y otras aplicaciones de Office mucho antes de que las incorporasen aparatos más orientados al entretenimiento. También tenía un puerto de USB y otras funciones que no aparecen en las tabletas.
A Microsoft le tomó dos años perfeccionar el producto. El Pro 3 fue la primera Surface con una base ajustable que da la misma flexibilidad que las pantallas de las laptop. Y los modelos del año pasado fueron los primeros Surface con Windows 10, que se parecen a las PC tradicionales mucho más que las de Windows 8 que reemplazaron.
“Todo el mundo quiere una tableta y todo el mundo necesita una laptop”, comentó Brian Hall, gerente general de Microsoft para Surface. “Puedes adoptar el enfoque de que la gente tiene que comprar una de cada una o el de que hay algo que satisface las dos necesidades”.
El último trimestre fue el mejor que ha tenido Surface, en que sus ingresos aumentaron un 29% y llegaron a los mil 350 millones de dólares.
Pero Apple no se da por vencido. IDC estima que vendió más de 2 millones de Ipad Pro en el último trimestre, comparado con un millón 600 mil de Surface. La ventaja de Apple es que cuenta con aplicaciones diseñadas desde pantallas al tacto y con facilidades para conservar la batería, a diferencia de otros aparatos que deben adaptar las aplicaciones pensadas para tablero y mouse. Apple ofrece otra opción ahora: un iPad Pro de 24 centímetros (9.7 pulgadas) con un precio básico de 599 dólares, 200 dólares más barato que el original (a lo que hay que añadir 250 dólares para el tablero y el stylus). Igual que han hecho Sambung y Microsoft, Apple trata de captar a cientos de millones de personas cuyas máquinas Window tienen al menos cinco años. Apple dice que la mayoría de sus clientes de iPad Pro usaban Windows.
Esto no quiere decir que las PC van a desaparecer. Siguen ofreciendo una alternativa más barata a las laptop. Tampoco van a desaparecer las tabletas orientadas al entretenimiento. “Esto es lo que pasa cuando los mercados maduran”, declaró Jan Dawson, analista de Jackdaw Research. “Hay un montón de mercados que solo pueden ser servidos por productos orientados específicamente a sus necesidades”.
Vía AP