Hace apenas dos semanas se publicó un estudio que fumar tabaco aumenta significativamente el riesgo de padecer depresión; ahora, una nueva investigación encontró que quienes consumen tanto tabaco como marihuana tienen más probabilidades de padecer ansiedad y depresión que aquellas que quienes sólo consumen tabaco o que no consumen ninguna de estas sustancias.
Las cifras del primero de estos estudios, publicado en agosto son impactantes, por un lado porque se encontró que fumar aumenta en un 250 % el riesgo de ser hospitalizado por una enfermedad mental; pero sobre todo porque este efecto se percibe hasta unos 30 años después de que la persona empezó a fumar.
Entre los trastornos de salud mental que parecen ser provocados por fumar tabaco está en primer lugar la depresión, cuyo riesgo se incrementa en un 100 %, pero también están el trastorno bipolar y la esquizofrenia; sin embargo, hasta ahora no se tiene una explicación de este fenómeno.
El segundo estudio, publicado hoy en la revista PLOS ONE por un equipo de la Universidad de California en San Francisco, analizó datos de encuestas hechas a casi 54 mil adultos de 2020 a 2022. El 4.9 % de los participantes informó que consumía únicamente tabaco, el 6.9 % que consumía únicamente marihuana y el 1.6 % que consumía ambas.
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Los informes de quienes consumían ambas sustancias revelan que 26.5 % padece ansiedad y 28.3 % depresión; mientras que en las personas que no consumían tabaco ni marihuana, los porcentajes respectivos fueron del 10.6 % y el 11.2 %. Lo que significa que la probabilidad de padecer estos trastornos es 1.8 veces mayor para quienes consumen ambas.
Por otra parte, hace dos días en el Congreso Internacional de la Sociedad Respiratoria Europea en Milán, se comentaron los resultados de un tercer estudio sobre los efectos del tabaco, el cual encontró que fumar puede hacer que envejezcamos más rápido.
Este envejecimiento se hizo notable en la longitud de los fragmentos terminales de los cromosomas, llamados telómeros, que indican qué tan rápido envejecemos y la capacidad de nuestras células para repararse y regenerarse.
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