Basta observar un poco la energía propia y la de los que nos rodean para percatarnos de la invasión de nostalgias, tristezas, angustias y desacomodos que pasamos estos días, todo puede deberse a la energía universal o a que somos seres no alineados con la misma.
Según el pensamiento hindú, los chakras son los centros de poder espiritual que existen en el cuerpo y los principales son siete: 7) Sahasrara o chakra corona (Yo soy) 6) Ajñá o chakra del tercer ojo (Yo comprendo) 5) Vishuda o chakra garganta (Yo digo) 4) Anahata o chakra corazón (Yo amo) 3) Manipura o chakra del plexo solar (Yo puedo) 2) Swadishthana o chakra sacro (Yo deseo) 1) Muladhara o chakra raíz (Yo tengo)
En esta ocasión elegí tratar sobre el segundo chakra, pues es un centro muy emocional y creativo, y que constantemente se desalínea o desactiva. Conocido también como Swadisthana, chakra sacro, sagrado o esplénico, abarca la zona lumbar, las caderas y los órganos sexuales. Es flexible y fluido como el agua, elemento con el cual se asocia.
Cuando este chakra no está alineado con la fuente de nuestro bien mayor, sentimos temor al cambio, tenemos dificultad para expresar o sentir emociones, nos invade la ansiedad, podemos tener dolores crónicos en la parte baja de la espalda, estamos muy susceptibles, la autocrítica y el autocontrol nos meten constantemente el pie, nos da vergüenza sentir, nuestras relaciones no fluyen como nos gustaría, nuestra sexualidad no es plena y un largo etcétera que tiene qué ver con nuestro mundo emocional, relacional, sexual y creativo.
Por el contrario, cuando nuestro chakra sacro está desarrollado, tenemos opiniones claras y a la vida no le faltan contrastes, la inventiva, la sensualidad y los sentimientos se experimentan de manera más intensa. Nuestra forma de relacionarnos con el ambiente y con las personas es más fluida, más íntima y con mayor satisfacción.
Para activar y estimular este chakra es recomendable practicar Yoga, meditación, musicoterapia, reiki, cromoterapia, gemoterapia, aromaterapia y algunas otras terapias alternativas. Sin embargo, mi propuesta es hacer cosas que nos gusten y motiven, como mover el cuerpo bailando, andando en bici, patines… pintar, tejer, cocinar desde el placer de compartirnos (no desde la gula), caminar plenamente conscientes del entorno, mirando y escuchando con atención aquello que nos guste…
Vale la pena salir de nuestra zona de confort para buscar alinear nuestros centros de energía, para fluir con la vida, con el amor, con la gente, con nosotros mismos y nuestra capacidad de vivir en armonía con el mundo que nos rodea y con el mundo que nos habita.
¡Hasta la próxima!
@didiloyola