La Secretaría de la Marina ha puesto todo su empeño por limpiar las aduanas de operaciones corruptas y tráficos ilícitos de decenas de productos, pero dicen que la pura voluntad no basta.
Los conocedores del tema aseguran que el problema de los elementos navales es que están aprendiendo los procesos y tratando de desarticular las triquiñuelas que dominan grupos de agentes aduaneros, empresas, funcionarios locales y asociaciones criminales, pero han sido rebasados, por ahora, en licitaciones y reorganización de esos pasos estratégicos, especialmente los de la frontera norte y el Pacífico, y hasta en el control de espacios de seguridad.
Para asegurar que ya no hay corrupción, como le gusta decir a su jefe el presidente Andrés Manuel López Obrador, necesitan más personal, más dinero y más tiempo, algo que el almirante secretario José Rafael Ojeda Durán no ha podido conseguir.