El banco de la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos emitió hoy su comunicado de política monetaria, en el que la inflación fue la variable determinante para que comenzara con su ciclo de alzas en busca de contener la subida de precios y llevarla a la meta de 2% anual; sin embargo, otros aspectos fueron de mayor notoriedad en su informe, como fue el ajuste en la previsión de crecimiento económico para 2022, que pasó de 4% a 2.8 por ciento.
Esta situación afectará el Producto Interno Bruto (PIB) de México, el cual ya se había modificado a un crecimiento de entre 2% por parte de las instituciones financieras privadas, y de un 2.4% que contempla el Banco de México; no obstante, la actual proyección de la Reserva Federal podría llevar a un nuevo ajuste más cercano al uno por ciento.
“Dependemos mucho de la economía Estados Unidos (...), estimamos que el crecimiento de México pueda ser de entre 0.5 y 1.5% para este año”, dijo a ejecentral, Gabriela Siller, directora de Análisis Económico de Banco Base.
En este contexto, una alerta se encendió en el banco de la reserva de Estados Unidos, ya que de los nueve integrantes del Comité de Mercado Abierto (FOMC, por sus siglas en inglés), James Bullard, gobernador de la Fed de Saint Louis, se inclinó por un aumento de 50 puntos base, manifestando que la inflación es mayor a lo que se puede esperar.
Jerome Powell, presidente de la Fed, dijo que “la inflación está muy por arriba del objetivo de 2%; los cuellos de botella y las restricciones en la oferta siguen limitando la respuesta de la producción”. Añadió, “las interrupciones han sido más duraderas a lo anticipado”.
Sobre la tasa de interés, el banco la elevó de 0 a 0.25% a una de entre 0.25 a 0.50%, y su presidente anticipa que serán más agresivos frente a la inflación y a la incertidumbre que se ha despertado con los hechos recientes entre Ucrania y Rusia, que han afectado la economía.
Después de dos años de mantener la tasa en el rango cercano a cero, el instituto monetario la subió y espera llevarla hasta 1.90%, lo que prevé una serie de subidas durante el resto del año, y se extenderían hasta 2023 con una expectativa de alcanzar el 2.80 por ciento.
Los incrementos en los tipos de interés buscan contener la inflación, y se considera que la etapa de estímulos para salir de la crisis de la Covid y recuperar la caída en el PIB ha sido superada.
En las expectativas de los miembros del FOMC, la tasa de inflación sufrió un ajuste de un 2.6% anual que esperaban alcanzar al final de este año, a una de 4.3%, casi del doble ante una alza de precios más persistente.
Esta nueva postura presionará al Banco de México tanto por la inflación como para mantener tasas atractivas, es decir, tendrá que seguir a la reserva Federal con incrementos en los réditos para evitar salidas de capitales extranjeros en papel.
