Durante los dos primeros años del gobierno de Claudia Sheinbaum, la deuda pública de la Ciudad de México subió 26.4 por ciento, al tiempo que las participaciones federales y la recaudación bajaron, lo que genera una presión a las finanzas de la capital.
En su más reciente informe sobre Finanzas Públicas Estatales y Municipales, que contiene cifras definitivas hasta 2020, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) reveló que en 2018 la deuda pública de la Ciudad de México ascendía a 10 mil 277 millones 109 mil 485 pesos, cifra que para 2020 llegó a 12 mil 999 millones 057 mil 959, la más elevada desde el año 2000, cuando la izquierda llegó al gobierno capitalino.
En materia de egresos, la administración de Sheinbaum ha logrado reducir gastos por “servicios personales” (salarios, prestaciones, estímulos), al pasar de 37 mil 997 a 32 mil 185 millones de pesos, lo cual se ajusta a las políticas de austeridad.
No obstante, subieron los gastos en “materiales y suministros” (principalmente los productos químicos, farmacéuticos y de laboratorio, así como materiales para seguridad), que pasaron de 4 mil 623 a 5 mil 372 millones de pesos).
En el rubro de los ingresos, las mayores bajas se reportaron en recaudación de impuestos que pasó de 58 mil 185 millones en 2018 a 55 mil 966 millones en 2020, lo que representa una caída de 3.8 por ciento.
Respecto a las participaciones federales (asignaciones que hace el gobierno federal a los estados a partir de la recaudación de impuestos), las percepciones cayeron de 93 mil 606 millones en 2018 a 87 mil 384 millones en 2020 —primer año de la pandemia—, es decir, una merma de 6.6 por ciento.
En términos globales, los ingresos del gobierno capitalino pasaron de 232 mil 997 millones al final de la gestión de Miguel Ángel Mancera a 219 mil 374 millones en el segundo año de Sheinbaum, lo que equivale a una reducción de 4.8 por ciento.
Los desajustes en las finanzas de la Ciudad de México han sido acompañados por un deterioro en la calidad de vida de los habitantes, ya que entre 2018 y 2020 la población en pobreza pasó de 30.0% a 32.6% (unas 250 mil personas), la mayoría de ellas para sumarse a la pobreza extrema.