En mayo de 2021, tanto la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) como la Marina (Semar) tomaron, por orden del presidente Andrés Manuel López Obrador, el control de las 50 aduanas del país, con el fin de acabar con la corrupción y contrabando que se daba en estas oficinas públicas gubernamentales.
Nueve meses después, la dependencia a cargo del almirante José Rafael Ojeda Durán, tomó en sus manos la vigilancia de la seguridad de los pasajeros que entran y salen del país vía aérea, al tomar el control del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) y otros seis aeródromos en Quintana Roo, Yucatán y Chiapas.
Ahora tocó el turno a la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana de entrarle a las labores extras de la llamada Cuarta Transformación, pues tomó el control administrativo y de “limpieza” de la corrupción del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE).
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En la conferencia matutina de este martes, López Obrador reiteró que la institución estaba como un cascarón y privatizado porque los antiguos funcionarios eran los mismos proveedores, como el servicio de laboratorios que está subrogado.
“Sí, porque son mafias. Y no es que participe la Guardia Nacional, no, es que le pedimos apoyo a la Secretaría de Seguridad Pública, a Rosa Icela, porque hay amenazas a servidores públicos. Mafias, mafias. Entonces tenemos que continuar limpiando y que pues entiendan que esto ya cambió. A robar a otra parte”, señaló el mandatario.
Desde el inicio de su administración, el presidente López Obrador ha señalado la eliminación de la corrupción como estandarte, y el ISSSTE ha sido uno de los organismos que más ha señalado como “podrido” y en estado deplorable, ante el saqueo de los gobiernos “neoliberales”, como llama a las anteriores administraciones.
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