Las perspectivas económicas del mundo no son para nada alentadoras. La llegada de una desaceleración en la actividad económica que derivará en una recesión global está cada vez más cerca y la preocupación de los gobiernos recae en qué tan profunda y larga pueda ser.
Las estimaciones de Standard and Poor’s Global Ratings señalan que la resiliencia de las economías (como la de México) está pronto a acabarse debido al incremento de las tasas de interés, además de las tensiones geopolíticas y una crisis energética en Europa por la guerra entre Ucrania y Rusia.
El aumento de tasas de interés, que es la medicina “amarga” para detener la inflación, también es un ancla para la expansión económica, y dado que los ciclos de alzas no han terminado, los bancos centrales tuvieron subidas históricas de 75 puntos base en cuatro ocasiones y regresen a subidas de entre 0.25 y 0.50 % en sus próximas reuniones.
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La calificadora menciona que aunque las cadenas de suministro se están normalizando y la inflación ha detenido su impulso momentáneamente, advierte que aún no ha tocado techo y que, por el lado de la demanda, continúa la presión de los consumidores, lo que se traduce en que los bancos centrales continúen con los aumentos de tasas para frenarla, lo que traerá una abrupta desaceleración en la actividad económica al encarecerse el crédito al consumo.
Además, destaca un elemento clave para la profundidad y duración de la recesión esperada: el mercado laboral. De acuerdo con S&P Global Ratings, los mercados laborales de las economías serán la clave para determinar la profundidad de la recesión y la duración.
Entre mejor estén afianzados los empleos y, por consecuencia el consumo, principalmente en las economías avanzadas que permean a las emergentes, serán más resilientes a los efectos adversos de la desaceleración y saldrán más rápido, sin embargo, S&P anticipa que será profunda.
Para varias regiones del planeta las tasas de desempleo se ubican en mínimos históricos, como es el caso de Estados Unidos y México, que han logrado bajar la desocupación y aumentado el empleo; asimismo, la eurozona pasa por un momento positivo en el empleo, no obstante, la crisis de energía ha deteriorado el consumo de esa región.
La firma de análisis destaca que los formuladores de las políticas monetarias cometieron el error de no identificar correctamente la incipiente presión inflacionaria como una persistente y alta, lo que cerró las posibilidades de enfrentarla y reducir las posibilidad de recesión que hoy acecha al mundo.
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