El avance de la pandemia de la Covid-19 en la Ciudad de México logró lo que no pudo la labor de convencimiento de las brigadas de la Secretaría de Inclusión y Bienestar Social de la capital: llevar a la población en situación de calle a los albergues.
De acuerdo con datos de la dependencia, en mes y medio, los lugares de asistencia pasaron de atender a 650 a 850 personas, pero los conteos más recientes, indican que en la capital hay al menos mil 500 personas que diariamente duermen en la calle.
Desde la introducción de los semáforos de riesgo, luego del fin de la Jornada Nacional de Sana Distancia, en mayo, el nuevo virus llevó a los albergues emergentes, en Iztacalco y el Centro de Asistencia e Integración Social Villa Mujeres en Gustavo A. Madero, a trabajar a su máxima capacidad.
Desde principios de junio, la Ciudad de México se ha mantenido en los niveles máximos de alerta, rojo y naranja, lo que ocasionó que la población que tradicionalmente no quiere permanecer en los asilos, por las restricciones a las que están obligados o cualquier otra razón, decidiera acudir a un espacio seguro, informó Almudena Ocejo Rojo, secretaria de Inclusión y Bienestar.
Muchas de las personas que están en la calle no quieren estar en restricciones porque no se permite el consumo de drogas o por lo que sea. Por la pandemia, cuando ya era muy claro y ya se había extendido que era indispensable protegerse, ahí fue cuando empezamos a ver que la gente aceptaba mucho más venir a los albergues y que a lo mejor en algunos casos no aceptaría. Afortunadamente aceptaron y se han mantenido. La ocupación se mantiene constante, pero son personas que ya eran población en situación de calle”, dijo en entrevista.
Hasta ahora se han realizado tres pruebas en los centros.Todas fueron negativas. Al igual que a nivel nacional, la aplicación de test PCR (Reacción en Cadena de la Polimerasa) no es generalizada sino sólo en casos sospechosos. La Secretaría tiene registro de cuatro defunciones, por probable Covid-19 de personas en situación de calle, pero todas ocurrieron fuera de los albergues.
Del total de la población, 85% son hombres de entre 20 y 50 años; 13% son mujeres y 2% son niños, todos en un núcleo familiar, principalmente con sus madres.
En los recorridos, han notado nuevas poblaciones. Algunos regresan después de cierto tiempo; otros duermen ocasionalmente en la calle, por cualquier circunstancia. Es pronto para detectar una tendencia a la alza en la población. En noviembre se realizará un nuevo censo y entonces, la ciudad conocerá el impacto del Covid-19 en este grupo vulnerable.
La Ciudad de México mantendrá el funcionamiento de los albergues transitorios durante la contingencia sanitaria y reforzarán las actividades de trabajo social y psicoemocional para ayudarlos a que tengan una vida independiente e, idealmente, no regresen a la calle.
Ocejo Rojo dijo que, en la actualidad, hay 150 personas en los centros temporales capacitándose para el trabajo. Los brigadistas recorren las calles de la capital para invitar a la gente a resguardarse en los espacios. Quienes deciden no acudir reciben gel antibacterial e indicaciones de cuidado. Ninguno puede ser trasladado a un centro en contra de su voluntad.