Poca afluencia, sin manifestantes, sin operativo de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC), el cuerpo del expresidente Luis Echeverría ya se encuentra en la Funeraria Gayosso Santa Fe. Solo entre amigos, familiares y miembros de la vieja guardia del priismo.
Apenas se dio a conocer la muerte del expresidente y que su cuerpo sería trasladado a la Ciudad de México, en redes se convocó para manifestarse por los genocidios que se le atribuyen durante su carrera política, en especial las masacres del 2 de octubre, en Tlatelolco, y la del “halconazo” en 1971.
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Pero los manifestantes no llegaron, no hubo necesidad de patrullas o cercos policíacos para resguardar el cuerpo de quien dirigió al país entre 1970 y 1976.
Tal vez fue la lluvia que cae sobre la Ciudad de México la que ahuyentó las protestas auguradas.
Hasta las flores brillaron por su ausencia, solo siete arreglos para un expresidente de México, el más destacado quizá sea el de Humberto Moreira, exgobernador de Coahuila que paso a paso ha ido formando su propia historia de críticas desde el interior del PRI.
Quienes sí llgaron fueron Jorge de la Vega Domínguez, director de Conasupo en el sexenio de Echeverría; Sergio García Ramírez, extitular de la entonces PGR; Everardo Moreno, exsubprocurador de la PGR y su abogado Juan Velázquez.
“No quiero meterme en otros temas, yo lo recuerdo en todo lo positivo y respeto mucho a quienes piensan lo contrario”, comentó De la Vega a los reporteros.
Aunque se esperaba la presencial del morenista Ignacio Ovalle, quien fuera colaborador cercano de Luis Echeverría, tampoco llegó. EJ
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