Una soberanía popular internamente entrelazada con las libertades políticas y sociales se mezcla y se funde con el poder democrático de la nación de forma que el principio, todo poder del Estado proviene del pueblo soberano, se realiza a través de tradiciones, condiciones, políticas y el Estado de derecho en el que los soldados son garantes de la fortaleza de las leyes derivadas de las misiones constitucionales, opinión y voluntad comunes y generales del pueblo de México, expresadas por los canales legítima y legalmente establecidos.
La soberanía popular, que es la voluntad de los ciudadanos, han formado sus Fuerzas Armadas, su representación militar, con sus tradiciones y costumbres populares con su validez jurídica ganada con las luchas realizadas a lo largo de décadas, centurias de tradiciones militares, de guerras, invasiones, rebeliones, revoluciones que han dado carácter y fortaleza al Estado mexicano por las grandes consecuencias bélicas que ha sufrido el pueblo de México, por lo que el Ejército, la Armada, la Fuerza Aérea son el poder militar de los mexicanos a orgullo ganado.
Las Fuerzas Armadas son, tradicionalmente, por su formación, por sus valores, por sus orígenes étnicos populares la garantía del honor, de la independencia y la fortaleza del Estado de derecho en México. Además, aseguran su prosperidad, apoyan, en caso necesario, a la población en situaciones extremas sin importar horarios, días, condiciones climáticas o lugares extremos, el bienestar la seguridad, la salud del pueblo que es lo primero. Proteger y defender los intereses del país contra todos sus enemigos, internos y externos sean quienes fueren, es una tarea tan inmensa y tan difícil que sólo puede confiarse a hombres de fibra y de corazón, en una palabra: a hombres escogidos, formados, adiestrados y adoctrinados para cumplir con su deber.
Recordemos la teoría, la disciplina jurídica, según la cual el Ejército es el agrupamiento considerable o la totalidad de grandes contingentes de hombres armados, adiestrados, disciplinados para la guerra bajo un solo mando, así como el acopio del material bélico correspondiente que en conjunto prestan servicio de carácter público y permanente al Estado-nación al que pertenecen y como garantía suprema de su existencia y del desarrollo de las instituciones públicas y privadas, sus miembros están sujetos al fuero de guerra. Así lo establece la Enciclopedia Jurídica Mexicana del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México.
›Así pues, los hombres y mujeres convocados por la ley para constituir las Fuerzas Armadas son todos hombres y mujeres escogidos, seleccionados en la edad de la fuerza del carácter, la actividad física y la abnegación. Los soldados pertenecen por su juventud a la parte más fresca del país, jóvenes de todas las clases y grupos sociales de la nación.
Y no hay que suponer que las nobles cualidades del soldado sólo son apreciadas entre los pobres; ellas lo son, sin excepción por todos los hombres, cualquiera que sea su estatus, pues la condición militar, el estado militar, es la profesión que une y aglutina, bajo leyes y reglamentos específicos, a todos sus integrantes por la disciplina, la obediencia y el noble apego del deber. Por eso se lleva con orgullo el uniforme, uniforme que honra siempre al hombre y mujer que tienen derecho a portarlo como distinción de su pertenencia al poder militar de su país.
El soldado mexicano del Ejército, Armada y Fuerza Aérea, en consecuencia, tiene una profesión y vocación distinta a otras nobles profesiones.
Gral. de Div. D.E.M.
Exjefe del Estado Mayor Presidencial