Las secuelas más comunes de Covid prolongado podrían estar relacionadas al Síndrome de Fatiga y Malestar Post-Esfuerzo (MPE), una condición médica que desencadena una serie de síntomas agudos tras alguna actividad física, mental o emocional, y que ha sido detectado en 75% personas que tuvieron una forma aguda o grave de coronavirus.
Este síndrome agrupa más de 20 padecimientos que también han sido asociados a la forma prolongada de Covid, por lo que es posible que la infección por coronavirus sea uno de los principales detonantes de PEM, así lo demuestra un nuevo estudio de la Universidad de Leeds publicado en la revista especializada de Investigación Ambiental y Salud Pública de Reino Unido.
Según los expertos, las personas que han sido diagnosticadas con este síndrome sufren de diversos malestares luego de realizar tareas sencillas. De hecho, esta molestia se puede convertir en una forma de discapacidad debido a la frecuencia con la que ocurren las crisis de agotamiento y dolor que caracterizan a estos pacientes.
De hecho, el estudio que abarcó los datos de una docena de Instituto de Salud de varias regiones del mundo destacó que la tasa de recuperación de PEM asociado a Covid prolongado es inferior a dos personas por cada 10 con este diagnóstico, lo que dimensiona el impacto que tendrá esta enfermedad en la calidad de vida de millones de personas a nivel global.
Este análisis reveló que ocho de cada 10 pacientes con coronavirus prolongado tuvo una crisis de fatiga o dolor luego de realizar alguna actividad cotidiana como bañarse, manejar o leer el periodico, mientras que la proporción se disparó por encima de 90% entre quienes hicieron tareas moderadas o que exigían mayor esfuerzo.
Los síntomas más comunes de este síndrome son debilitamiento muscular, dificultades respiratorias, fatiga, dolores de cabeza, sensibilidad a la luz, neblina mental y pérdida de memoria, por lo que es necesario un enfoque multidisciplinario, rehabilitación y fisioterapia especializada.