A algunas horas de que concluyeran las negociaciones entre Rusia y Ucrania en Gómel, la posibilidad de lograr la paz volvió a ensombrecerse con la activación de al menos mil 200 elementos de las Fuerzas de Respuesta de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) con el fin de “disuasión y defensa”, que podrían desplegarse en Eslovaquia. Asimismo, el gobierno de Estados Unidos anunció la expulsión de 12 miembros de la misión diplomática rusa en la Organización de las Naciones Unidas (ONU) tras acusarlos de espionaje.
La respuesta de Rusia a estas nuevas acciones no se ha hecho esperar; la expulsión de diplomáticos fue calificada como “hostil” por el embajador ruso en Estados Unidos, Anatoli Antonov, y el presidente Vladimir Putin, anunció las nuevas medidas para contrarrestar la caída de su moneda, afectada tras las sanciones económicas de Estados Unidos, Canadá y Reino Unido, entre otros países, aunque cabe destacar que el Kremlin no ha anunciado medidas adicionales.
En el que es ya el quinto día de la ofensiva rusa, la resistencia en la capital de Ucrania no ha cedido pese a una primera ronda de negociaciones en las que Rusia pidió que se reconozca a Crimea como parte de su territorio y la desmilitarización de Ucrania, mientras que Ucrania exigió un alto al fuego y el repliegue de tropas rusas. Tras cinco horas de la reunión que tuvo lugar en una de las residencias del presidente bielorruso Alexander Lukashenko, en la región de Gómel, tanto Mikhailo Podoliak, jefe negociador ucraniano, como su homólogo Vladimir Medinski regresaron a sus respectivas capitales para consultar las demandas, y ya se prepara un segundo encuentro que podría realizarse en la frontera entre Polonia y Bielorrusia.
La ONU por su parte, convocó a una reunión de emergencia de su Asamblea General que finalizará hasta el miércoles, y en la que se espera aprobar una resolución en la que “deplora en los términos más fuertes la agresión de Rusia contra Ucrania”. Se trata de una acción similar a la que presentó Estados Unidos en la junta del Consejo de Seguridad la semana pasada, misma que fue vetada por la propia Rusia.
Entre otras acciones, Estados Unidos y la OTAN descartaron la posibilidad de establecer una zona de exclusión aérea sobre Ucrania, ya que implicaría un papel más activo de las fuerzas militares estadounidenses, lo que a su vez podría aumentar las tensiones con la exrepública soviética.
Por su parte, Volodimir Zelenski, presidente de Ucrania, solicitó formalmente la inclusión de su país a la Unión Europea, de la cual hasta este momento no se ha dado a conocer una respuesta, pero en cambio ha recibido apoyo armamentístico de Canadá y Finlandia.
Se espera que esta madrugada incursione un nuevo convoy ruso a Ucrania, que hasta el cierre de esta edición contabiliza al menos 406 civiles muertos y miles de refugiados que han emigrado a otros países.