Francisco Pazos
Aunque la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLC) es la máxima prioridad para el gobierno de Donald Trump, su complejidad impide que por ahora se cuente con una estrategia para consumarlo y definir cuáles serán las condiciones que pondrá sobre la mesa de negociación, reconoció Wilbur Ross, candidato nominado a ocupar la Secretaría de Comercio.
No hay duda y es “lógico que lo primero que tratemos sea la negociación del TLCAN”, sostuvo Ross el pasado 18 de enero durante su audiencia de confirmación ante el Comité de Comercio, Ciencia y Transporte del Senado de Estados Unidos.
El discurso del próximo secretario de Comercio, en caso de que reciba la confirmación del Senado, se alinea al del presidente Trump, que en cada oportunidad que ha tenido ha señalado las desventajas que ha dejado para los trabajadores y las empresas estadunidenses el Tratado Firmado entre México, Estados Unidos y Canadá, y que entró en vigor en 1994.
Sin embargo, Ross se sumó a las otras voces del gabinete del nuevo presidente que, sin contradecirlo, moderan la posición de sus planes en la antesala de la renegociación del tratado con México y con Canadá. Incluso, el discurso fue vago y dejó la idea de que el equipo económico del presidente Trump aún no tiene definida la estrategia para reformar el TLCAN y convertirlo, desde su punto de vista, en un tratado que sea positivo para la clase media trabajadora estadounidense.
Los senadores le cuestionaron cuáles eran los planes de la administración entrante para renegociar el tratado para que fuera positivo para Estados Unidos, una de ellas fue la senadora demócrata Claire McCaskill, que cuestionó los beneficios para las empresas locales.
Ross ofreció una respuesta vaga a la legisladora y le obligó a cuestionar por segunda ocasión al candidato; sin embargo, éste se limitó a decir que “la complejidad del tratado no me permite pronunciarme en este momento”.
Sin embargo, sí hizo una referencia a la pérdida del poder adquisitivo del sector laboral en México debido al desmoronamiento del valor del peso frente al dólar, “esto no es lo que buscaba el TLCAN, y es otro motivo por lo que debe renegociarse” y agregó que “es lo primero que haremos”, agregó.
La renovación del tratado que ha sido calificado por Trump como “injusto para Estados Unidos” y como responsable de la pérdida de millones empleos en ese país, forma parte de la estrategia que encabezará la Secretaría de Comercio para revisar y en su caso renegociar prácticamente la totalidad de los tratados comerciales que tiene en el mundo, de acuerdo a sus propias palabras ante senadores.
Ross sabe que el tamaño del mercado estadunidense es atractivo para el mundo. “Al final del día cada uno de nuestros socios comerciales quiere tener participación (en el mercado estadunidense)”; pero sólo será abierto con los países que “acepten jugar con nuestros estándares de comercio justo”, los que no lo hagan así “serán sancionados”.
La negociación del TLCAN es incluso incierta en los procedimientos que llevará a cabo Estados Unidos para invitar a sus dos socios a las mesas de trabajo. De acuerdo con información publicada por el Toronto Globe, el equipo de Wilbur Ross habría hecho una invitación formal al gobierno de Canadá para iniciar las negociaciones.
Aunque sobre un comercio que daña más a Estados Unidos, las palabras de Ross poco apuntaron a México y colocaron más los reflectores a China, país al que considera como la amenaza más peligrosa para los productos estadounidenses y el sector laboral, por las prácticas comerciales “maliciosas” que lleva a cabo y con las que ha penetrado su economía.
“No soy anticomercio, soy procomercio, pero estoy a favor de tratados que sean sensibles y no por aquellos que perjudican a los trabajadores y a la manufactura norteamericana”, concluyó ante a los senadores.