Por más intentos que se hicieron para sanar las finanzas del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, antes que se formalizara el control de la Marina, fue imposible, y el TUA no podrá destinarse a mantenimiento y nuevas obras, porque seguirá siendo utilizado, un par de décadas más, en pagar las deudas que generó el fallido aeropuerto de Texcoco.
Resulta que la nueva administración no tiene dinero para comprar nuevos escáneres que puedan utilizarse en las áreas de ingreso a los vuelos nacionales e internacionales (más o menos cada uno cuesta medio millón de dólares), y por ahora sólo medio operan seis de los 30 aparatos que fueron donados por Estados Unidos entre 2017 y 2018, y a los que ni Carlos Morán Moguel ni Jesús Rosano García, ambos exdirectores, dieron mantenimiento, a pesar de que el regalo incluía un año de servicio.
Así que se seguirá haciendo el procedimiento manual y eso impacta a los estándares de seguridad que se exigen en el mundo.