Él los convocó, pero ante su contagio de Covid-19 no estuvo presente ni envió un mensaje audiovisual, como se esperaba. La reunión de los gobernadores de Morena y aliados transcurrió en poco más de una hora, encabezados por el secretario de Gobernación, Adán Augusto López; el subsecretario Alejandro Encinas y la titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, Rosa Icela Rodríguez.
“¿Cómo está el Presidente?”, se les pregunta a los invitados: “Está bien”, responden. “¿Lo vieron, mandó mensaje?”, insiste la prensa, pero los gobernadores callan, algunos ríen, pero ninguno contesta.
La calle de Corregidora, lateral izquierda de Palacio Nacional estaba fuertemente custodiada por elementos de la SSPC y la Policía Militar, con más elementos y vallas que las de costumbre.
La reunión de gobernadores de Morena y la salud del presidente Andrés Manuel López Obrador convocaron a más de 30 medios nacionales y algunos locales, el doble de los que normalmente atienden estos eventos.
Bienestar y seguridad, los principales temas
Pasada una hora, los funcionarios comenzaron a abandonar el recinto presidencial, pocos tenían intenciones de hablar. Sus lujosas camionetas los esperaban en la puerta, las abordaban y partían.
La pregunta ya la conocían, por eso algunos lo evadieron. Es la salud del presidente Andrés Manuel López Obrador lo que mantiene al pueblo en constante inquietud.
No fue sino hasta la salida del gobernador sinaloense, Rubén Rocha Moya quien lo dijo con todas sus letras: “no, no estuvo el Presidente” y negó que haya enviado un mensaje en video. Sin embargo, resaltó que los temas prioritarios que se trataron en esta reunión fueron dos: el blindaje de los programas de bienestar y una evaluación sobre la estrategia de seguridad.
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El ahora encargado de las mañaneras, Adán Augusto López, señaló que la reunión siguió el fin que tenía desde su programación, que era analizar la estrategia nacional de seguridad, que ha ido avanzando y disminuyendo la incidencia delictiva, por lo que no habrá cambio alguno en esta forma de trabajar.
Al ser cuestionado por qué, hasta ese momento, el mandatario no había aparecido en fotos o videos, como en sus anteriores contagios de Covid-19, aseguró: “Ya aparecerá, tengan paciencia. Ahí nos vemos”, dijo antes de retirarse.
Pasarela de ‘góbers’
El primero en llegar fue Luis Lauro, superdelegado del bienestar de Tamaulipas que, aunque lo intentó por varios minutos no logró entrar, sino hasta que llegó Américo Villarreal, gobernador de dicha entidad. Le siguió la gobernadora de Tlaxcala, Lorena Cuéllar, la más puntual. Aunque al saberse la primera en llegar y el retraso de una hora en la reunión, decidió volver a salir de Palacio Nacional y volver a la hora de junta.
Entre gobernadores y superdelegados la pasarela continúo con el gobernador de Chiapas, Rutilio Escandón; de Oaxaca, Salomón Jara; Alfonso Durazo de Sonora, y una apresurada Indira Vizcaíno, gobernadora de Colima, que ni se dio tiempo para saludar a los medios o voltear para la foto.
Alfredo Ramírez Bedolla, gobernador de Michoacán, fue el siguiente en llegar, seguido de Marina del Pilar, de Baja California; Mara Lezama, de Quintana Roo, que prefirió dejar su camioneta lejos y caminar hasta la entrada; David Monreal, de Zacatecas, y de Tabasco, Carlos Manuel Merino.
Los gobernadores aliados, de Morelos Cuauhtémoc Blanco y de San Luis Potosí, Ricardo Gallardo, también llegaron al encuentro. Para después dar paso a una postal entre corcholatas. El gobernador de Baja California Sur, Víctor Manuel Castro; la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum; y el titular de la Segob, Adán Augusto López, coincidieron a su llegada, se detuvieron, se saludaron y hasta posaron para las cámaras.
De los últimos en llegar fueron los gobernadores de Sinaloa, Veracruz, Hidalgo y Guerrero, además de la secretaria de Bienestar, Ariadna Montiel. Pero la que ya no se veía llegar era Layda Sansores, gobernadora de Campeche que, pese a estar en la capital desde el día anterior, arribó a las 12:17 horas a Palacio Nacional.
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