Las operaciones de rescate continuaban en la noche del martes para tratar de salvar a 34 personas atrapadas en un túnel en India tras la devastadora inundación atribuida a la ruptura de un glaciar del Himalaya, que deja al menos 32 muertos y más de 170 desaparecidos.
“Es una carrera contra el reloj. Esperamos que sobrevivan, pero hasta ahora no hemos establecido ningún contacto”, declaró Vivek Sahai, un rescatista del ejército.
Dos días después de la catástrofe, que destruyó puentes, carreteras y dos centrales hidroeléctricas, la búsqueda de sobrevivientes estaba en pleno apogeo en este valle del estado de Uttarakhand (norte), situado en la frontera indotibetana.
La ruptura de un glaciar del Himalaya por el calentamiento climático es una de las hipótesis para explicar el drama, junto a la construcción de presas y el dragado del lecho de los ríos para extraer la arena destinada a la industria de la construcción.
Helicópteros equipados con cámaras de alta tecnología y perros rastreadores ayudan a los cientos de rescatistas desplegados.
La mayoría de desaparecidos trabajaban en dos centrales eléctricas en Tapovan, de los cuales 34 seguían atrapados el martes en un túnel en U de 2,7 kilómetros de longitud, ahora lleno de barro y escombros arrastrados por la inundación de 20 metros de altura.
Doce personas fueron rescatadas al final del túnel el domingo, pero el resto quedó atrapado en el otro extremo, declaró a la AFP Banudutt Nair, oficial de policía responsable de la operación de salvamento.
Cientos de obreros se esfuerzan desde hace dos días en despejar el acceso al túnel. Lograron retirar escombros a lo largo de 120 metros.
“El trabajo durará día y noche. No habrá pausa”, prometió el responsable local de los puentes y carreteras, AS Rathod.
“Película de catástrofes”
Los rescatistas tienen la esperanza de que se hayan formado bolsas de aire en el interior del túnel, donde los trabajadores podrían haberse refugiado y mantenerse con vida.
Una enorme excavadora intentaba a duras penas abrirse paso en el barro, mientras los equipos de rescate inspeccionaban todo el lugar en busca de sobrevivientes o de cuerpos.
No lejos de ahí, trabajadores con la ayuda de otra excavadora trataban de retirar rocas que bloqueaban el acceso a la central hidroeléctrica de Rishi Ganga. Totalmente destruida, sólo queda de ella un terreno baldío cubierto de lodo. Cerca del sitio, un puente de cemento fue completamente arrasado.
En un pueblo cercano, se hallaron cuatro cuerpos sin vida, entre ellos los de un policía.
“De repente se oyó un silbido (...) Hubo gritos, la gente nos decía que saliéramos. Pensábamos que había un incendio. Empezamos a correr, pero el agua brotó. Era como una película de catástrofes de Hollywood”, dijo a la AFP Rajesh Kumar, de 28 años, desde su cama de hospital.
Junto a otras personas, se aferró a las barras de un andamio durante cuatro horas antes de conseguir escapar del túnel cuando el nivel del agua había descendido.
“Polvo y gritos”
Ramesh Negi, un comerciante, disfrutaba de un gran sol matutino el domingo cuando escuchó un ruido ensordecedor que venía con una inmenso torrente que se estrelló contra un puente, también borrado del mapa.
La tromba de agua se tragó además decenas de obreros que construían una presa en el lecho del río, así como pastores con sus animales en las laderas de la montaña, recuerda.
“Por todas partes, era polvo y gritos”, cuenta a la AFP este hombre de 36 años. “Tratamos de alertar a los pastores, pero fueron arrastrados por la fuerza del viento, antes de ser sumergidos por el agua y la nieve derretida. No podíamos predecir lo que pasó", agregó.
Frente al túnel, Mangra, un sobreviviente de 28 años con cortaduras y arañazos en las manos y las piernas, confiesa a la AFP: “Era como si la montaña se estrellara y la Tierra se moviera”.
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