La participación de candidatas mujeres impacta fuertemente la dinámica de las elecciones. En otras palabras, las mujeres no son juzgadas de la misma manera que los hombres por los votantes. En San Luis Potosí el Partido Acción Nacional eligió por contienda interna a la senadora Sonia Mendoza para representarlo en el camino a la gubernatura. Cabe recordar que el estado vecino de Zacatecas ya eligió a una gobernadora, Amalia García, en 2004. San Luis Potosí se encuentra muy deprimido y mermado por la mala gestión del gobernador Fernando Toranzo. La inseguridad ha aumentado considerablemente en esta entidad, el crimen organizado se ha infiltrado de manera alarmante en los últimos años y existe un segmento de la población que padece una marginación crónica.
Sonia Mendoza, proveniente de Matehuala – una de las zonas más marginadas del estado – no es muy bien vista por los ciudadanos de la capital. Es una candidata muy distinta a lo que el albiazul ha presentado tradicionalmente por lo que existen grupos dentro del PAN que no están complacidos con su candidatura. Mendoza es una mujer de hechura propia que no ha sido vinculada a escándalos de corrupción y cuyo principal contrincante, Juan Manuel Carreras, tiene la enorme desventaja de ser un candidato, no sólo cercano, sino demasiado parecido al gobernador.
La temática de la elección en San Luis Potosí se enfocará en revivir la economía, combatir la inseguridad y el narcotráfico y disminuir la marginación. En términos de atributos, la cercanía con la gente y la fuerza del candidato serán primordiales. Sonia Mendoza tiene grandes posibilidades de triunfar si centra su campaña en ataques al gobierno saliente y los nexos entre éste y el candidato oficial.
En el norte del país, por su parte, nunca ha ganado una mujer una gubernatura. Suelen perder las contiendas internas, cuando las hay, y además siempre han sido derrotadas en las urnas. En esta región se pelea por dos estados en donde los gobernadores han sido afectados fuertemente por escándalos de corrupción – Nuevo León y Sonora.
El estado regiomontano creyó ver una contienda entre candidatas mujeres hasta que Margarita Arellanes fue súbitamente abatida en la elección interna del PAN. La candidata del PRI, la senadora Ivonne Álvarez, podría haberse enfrentado a la alcaldesa de la capital en términos de corrupción y manejo de la economía. En ese duelo Álvarez tenía menos señalamientos de corrupción que Arellanes y habríamos visto una contienda más balanceada. Sin embargo, ahora que el candidato es Felipe de Jesús Cantú la temática de la elección cambiará a enfocarse en el desempeño del gobernador Rodrigo Medina, lo que pesará en la candidatura de Álvarez.
Aunque en Nuevo León se ha calmado la inseguridad y la economía no va tan mal, el gobernador Medina sí luce afectado por el desprestigio de corrupción y mal manejo del estado. En estos momentos, su perfil tan parecido al de Peña Nieto, no le beneficia. La estrecha cercanía de Ivonne Álvarez al mandatario estatal da lugar al riesgo de ser tachada como su títere. De igual forma, juega en su contra que el candidato del PAN no registre cuestionamientos en el tema de corrupción y que tuvo un buen desempeño como alcalde de Monterrey en años previos. Esta contienda luce difícil para Ivonne Álvarez quien debe buscar la forma de impedir que la desaprobación de Medina le sea costosa a la vez que pueda apoyarse en los escasos logros del gobernador.
Finalmente, en Sonora el PRI decide apoyar a Claudia Pavlovich cuando las preferencias apuntaban hacia Ernesto Gándara. La senadora Pavlovich enfrenta un escenario complejo en el que debe de congraciarse con la población en uno de los estados en donde más pesan los candidatos. Tiene la gran desventaja de que se le asocia con la tragedia de la guardería ABC y se conoce su gran vínculo con Manlio Fabio Beltrones, quien fuera decisivo en su candidatura.
El desprestigio del gobernador Padrés dará muchas municiones a Pavlovich así como la cercanía del candidato panista, Javier Gándara, al grupo del gobernador. Esta contienda se centrará en la gestión de Padrés, cargada negativamente por sus actos burdos de corrupción y mal manejo del gobierno. Pavlovich debe demostrar que puede manejar el estado sin actos graves de corrupción, seguir combatiendo la inseguridad y debe ser muy cautelosa de que los apoyos con que cuenta hacia el interior del PRI no debiliten o pongan en duda su imagen.
Las candidatas retadoras, como Sonia Mendoza y Claudia Pavlovich, tienen claras posibilidades de resultar exitosas centrando sus mensajes en ataques precisos a los gobernadores en turno y sus candidatos. Ivonne Álvarez, en cambio enfrenta un terreno más desafiante como candidata oficial y por la mala gestión de Rodrigo Medina. Beatriz Mojica tiene ante ella el panorama más difícil por la sombra de Aguirre y dado que no era la candidata favorita para la población. Finalmente, Luisa María Calderón debe de mantener su independencia con respecto a su hermano y evitar a toda costa que se piense que, de resultar electa, Felipe Calderón será quien gobierne realmente o, en un escenario más extremo, utilice Michoacán como una base para empoderarse políticamente.
Independientemente de los caminos que decidan tomar estas mujeres en las batallas duras que están por enfrentar, la cuestión de género jugará un papel para todas de una forma u otra. Enfrentarán cuestionamientos asociados a la capacidad que tienen para gobernar y para solucionar las problemáticas tan fuertes de economía, inseguridad, narco y corrupción precisamente por ser mujeres. La forma en que se desarrollen las campañas y el trato que reciban, sobre todo de parte de los medios de comunicación, nos permitirá evaluar qué tan preparado está nuestro país para ser dirigido por mujeres. Estas campañas tendrán un impacto profundo en lo que sin duda sigue siendo novedoso en México: una mujer en una posición de poder real.
@lorena_becerra