Sólo el reconocimiento y afecto personal que le tiene el presidente Andrés Manuel López Obrador salvó, por ahora, al procurador del Consumidor, Ricardo Sheffield, quien por esa razón se quedó en su cargo ante el desorden y corrupción que la Secretaría de la Función Pública descubrió en Profeco.
Eso no impidió que don Ricardo, hasta el último momento, tratara de operar al interior de Palacio Nacional, para decidir qué funcionarios sustituirían a sus amigos que se pasaron de rosca, pero no pudo, hasta trató de vender la idea de que una mujer como subprocuradora sería un éxito, y que él tenía a la persona ideal.
Peero el secretario de Gobernación, Adán Augusto López, se impuso y designó como subprocurador a Miguel Ángel Chico Herrera; a Carlos Priego de Wit, en Verificación y Defensa de la Confianza de Combustibles, y a Rubén Cervantes González en Defensa del Consumidor, quienes tienen como primera misión limpiar la institución, y reportarle a don Augusto cualquier problema.