Durante el año pasado se registró un ataque contra la prensa cada 14 horas en México, lo que suma un total de 644 agresiones documentadas por la organización internacional Artículo 19, que también calificó a la administración de Andrés Manuel López Obrador como la más peligrosa para los periodistas del país.
El informe anual de esta organización sobre libertad de expresión en México también señala que durante el año pasado se registró al menos una agresión contra la prensa en todos los estados del país, algo que nunca había sucedido, y que muestra la profundización de esta crisis que ha cobrado la vida de 30 comunicadores en lo que va del sexenio.
Leopoldo Maldonado, director regional de Artículo 19, explicó durante la presentación de este informe que el gobierno federal sigue un patrón en donde la desinformación, la censura y el ataque al discurso público se han profundizado en los últimos años.
Esta organización señaló que el discurso violento del presidente López Obrador contra la prensa ha ganado terreno en autoridades de todos los niveles, especialmente entre gobernadores, quienes repiten el patrón de confrontar, amenazar o ridiculizar a los periodistas por su trabajo.
También resalta que las conferencias matutinas de López Obrador como un “un espacio de deslegitimación del mensajero institucionalizada a través de la sección ‘Quien es quién en las mentiras’, donde se exponen dichos que no son verificables”.
Datos de este informe revelan que durante las conferencias matutinas se han hecho pronunciamientos claros en contra de la prensa en al menos 71 ocasiones, lo que arroja un promedio de seis veces al mes desde que existe este espacio.
Pedro Vaca, relator especial para la libertad de expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, sentenció que “por más que se busque negar desde el discurso oficial, la realidad de la libertad de expresión e información es lacerante y adversa en México”.
El documento concluye que “la continua violencia contra la prensa es el resultado de gobiernos ausentes que han sido incapaces de impedir la violencia, de garantizar medidas de no repetición, de investigar los crímenes contra la libertad de expresión y de reparar el daño, y que, por el contrario, agreden directamente a los medios mediante el estigma, la violencia física y el acoso”.
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