Aunque la pandemia puso en cuestión los desfiles, un tercio de las grandes marcas de la moda asumió el reto de celebrar la Semana de la Moda de Milán durante la cual se recordará el dramático año 2020, marcado por la pandemia de covid-19.
Después de Londres y Nueva York, Milán arranca el miércoles con los desfiles de Missoni.
La célebre casa italiana, conocida por la explosión de colores, presentará su nueva colección de forma virtual junto con otras 41 marcas, en el curso de 64 desfiles masculinos y femeninos para presentar la colección primavera/verano 2021.
También Moschino, Versace y Prada presentarán sus nuevas colecciones, entre ellas la primera firmada por Raf Simons y diseñada en conjunto con Miuccia Prada, una alianza entre dos creativos que constituye todo un evento para la industria de la moda.
Las grandes marcas utilizarán diversos canales de comunicación, desde las páginas de internet, los canales de Youtube y las redes sociales, para presentar sus nuevas propuestas.
Del 23 al 28 de septiembre se debatirá también sobre los cambios, errores y discriminaciones que atraviesa esa industria, afectada también por la pandemia.
Giorgio Armani anunció que presentará su nueva colección el sábado por la noche, horario de máxima audiencia, en el canal La 7 de la televisión italiana.
Se trata de la primera vez que el maestro de la moda italiana opta por realizar un espectáculo de televisión, lanzando el concepto de “moda democrática”.
En una entrevista al diario italiano La Repubblica, Armani propuso producir menos trajes, pero de mejor calidad, una enseñanza que confesó es el fruto de los largos meses de confinamiento por el coronavirus.
Pocos puestos
Otras veintidós casas han apostado por desfilar ante el público, entre ellas Fendi, Dolce & Gabbana, Etro, Ferragamo y Max Mara.
Será muy difícil conseguir un puesto este año debido a las estrictas reglas de distanciamiento impuestas por la pandemia, con pruebas obligatorias para todos los viajeros que lleguen de Francia.
Todos los asistentes deberán someterse a la toma de temperatura, desinfectarse las manos y utilizar mascarilla.
“Organizar un espectáculo con público en este momento es un verdadero dolor de cabeza. El número de asientos se ha reducido drásticamente y eso es un lío diplomático. Hay que evitar ofender”, confesó uno de los organizadores.
La ausencia de compradores chinos, coreanos y estadounidenses, que no pueden viajar a Europa, liberará lugares, pero al mismo tiempo agudiza la crisis del sector, pese a la recuperación registrada en China en los últimos meses.
El volumen de negocios de la moda italiana cayó de un 30% en el primer semestre de 2020, con una fuerte contracción en el segundo trimestre.
Las casas de moda cruzan los dedos para que se mantenga la circulación relativamente controlada del virus en Italia y no se vean obligadas a cambiar a última hora, como ocurrió en febrero cuando Giorgio Armani tuvo que desfilar a puerta cerrada.
Con Valentino, sin Gucci
Valentino, que decidió desfilar excepcionalmente este año en Milán en lugar de París, dejó claro que la firma ha antepuesto la seguridad de su equipo al negocio.
Al evitar a sus trabajadores tener que tomar aviones, quedarse en hoteles y hacinarse en el backstage, Valentino pretende salvaguardar la salud de sus colaboradores.
El gran ausente será la casa Gucci, que ha optado por reducir el número de desfiles de cinco a dos al año y organizarlos fuera del calendario oficial.
El certamen, marcado por la actualidad de este año, organizó una iniciativa a favor de Líbano tras el incendio que asoló Beirut en agosto e invitó al colectivo de creadores del movimiento Black Lives Matter. Siete diseñadores libaneses y cinco negros presentarán sus colecciones.