Si bien, la inflación ha ido cediendo y ha cumplido con las estimaciones, los riesgos en el horizonte aún están presentes y pudieran cambiar el rumbo de los precios, por lo que el Banco de México considera mantener por un tiempo prolongado las tasas de interés en 11.25 %, es decir, en su máximo desde que se decide de manera autónoma la magnitud de los réditos del país.
El banco central mexicano decidió dejarla en dicho nivel por segunda ocasión, y aunque las expectativas de los economistas son que a finales de año se dé un probable recorte, el instituto en ninguna parte del comunicado prevé que haya un ajuste a la baja, y sí mantenerla por un largo tiempo.
“Para lograr la convergencia ordenada y sostenida de la inflación general a la meta de 3.0 %, considera (Banxico) que será necesario mantener la tasa de referencia en su nivel actual durante un periodo prolongado”, advirtió en el documento.
La decisión incidirá en el mercado interior, ya que, en los últimos meses, parte del crecimiento de la economía mexicana ha estado sostenido por el crédito y de continuar caro podría venir una curva de desaceleración.
Según información del Banco de México, después de una caída en 2020 por los efectos de la pandemia que se extendió hasta la mitad de 2021, el crédito al consumo sufrió una depresión, debido principalmente por la incertidumbre desatada por la misma pandemia.
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Para la segunda mitad de 2021 la demanda de crédito retomó impulso y ya para el primer trimestre de 2023, a pesar de las altas tasas de interés existentes, los mexicanos llegaron a un récord de deber 1 billón 596.9 mil millones de pesos, y que las estimaciones apuntan a seguir creciendo, pero a un menor ritmo por las restricciones de las tasas que son altas para la mayoría de los consumidores.
El comunicado deja en claro que aún existen riesgos latentes que pueden alterar la trayectoria de la desinflación, aunque destacó la resiliencia y un mayor crecimiento de la economía mexicana a lo previsto, factores que alivian el escenario pero que no disipan las contingencias que pudieran surgir ante un entorno global que, si bien se han ajustado las expectativas positivamente recientemente, aún son de una desaceleración que puede incidir en México.
“Entre los riesgos globales destacan la prolongación de las presiones inflacionarias, el agravamiento de las tensiones geopolíticas, condiciones financieras más apretadas y en menor medida los retos para la estabilidad financiera”, señaló el texto del instituto.
El Banco de México espera que la inflación converja con la meta de 3.0 % +-1.0 % en el cuarto trimestre de 2024, por lo que aún faltan al menos nueve meses fuera del foco y por consecuencia tener aún réditos caros para los mexicanos que quieran adquirir un bien a crédito, ya sea un auto, una casa, un préstamo empresarial, entre otros.
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