Durante el tercer trimestre de este año, la productividad laboral registró una caída de 7% anual, y de 2% frente al periodo previo.
De acuerdo con información del Inegi (Instituto Nacional de Estadística y Geografía), las actividades secundarias, donde se concentra la manufactura y la fabricación de bienes intermedios, tuvo una contracción de 3.2% anual y 0.2% contra el trimestre anterior.
Existen varios factores que reducen la productividad, entre los que destacan el incremento del trabajo que da como resultado mayores errores y, por consecuencia, un menor rendimiento
Otra causa es una subestimación del trabajo, es decir, un pago menor a lo que se realiza; y una tercera es la caída del trabajo y la subutilización de los empleados y la infraestructura.
La productividad en las actividades terciarias, donde se contabilizan todas aquellas dedicadas al comercio y los servicios, se contrajeron 9.2% en términos anuales y 3.6% contra el segundo trimestre.
En tanto, las actividades primarias, como la industria agropecuaria o de extracción, avanzaron 1.5% del segundo al tercer trimestre, pero registraron una caída de 7.4% anual.
La disminución en la productividad laboral se alinea a los malos resultados de los indicadores de crecimiento económico que recientemente se han conocido.
Frente al nivel prepandémico, la productividad laboral tiene un retroceso de 3.4 puntos, es decir, que la pandemia tuvo un efecto adverso en las tareas que realizan los trabajadores.
Sólo en las actividades primarias se tuvo un incremento de 0.11% entre su nivel previo a la llegada de la Covid-19 hasta este último periodo, ya que las actividades secundarias tienen una contracción de 2.8% y las terciarias de 3.81%, hablando de la productividad laboral.
Pago de mano de obra. A la vez que se contrajo la productividad, también lo hizo el costo unitario de la mano de obra de los diferentes sectores de la economía, a excepción de las empresas constructoras que avanzaron 4.5 por ciento; sin embargo, su mercado es el más golpeado en términos generales.
El sector de manufactura se contrajo, del primer trimestre de 2020 al tercero de este año, 2.1%; las empresas comerciales al por mayor y al por menor, 4.5 y 2.5% cada una, en ese orden.
Y el sector de los servicios —sin contar a las empresas financieras— registró una caída de 13.1 por ciento.