Se rompe el orden en el plan masivo de vacunación

14 de Enero de 2025

Se rompe el orden en el plan masivo de vacunación

Promo_588_Crónica de un día de vacunación masiva.

Este fin de semana se relajaron las medidas de distanciamiento y el tiempo de espera fue mayor que en las primeras fases de la campaña

En una carrera contra el tiempo, cientos de puntos de vacunación se prepararon por última vez este sábado para recibir a miles de personas que buscaban aplicarse alguna de las cuatro dosis contra el nuevo coronavirus antes de que la campaña masiva terminara en punto de las cuatro de la tarde, y con millones de fórmulas que ya no podrán utilizarse.

Las filas frente al Centro Cultural Jaime Torres Bodet del Instituto Politécnico Nacional (IPN) comenzaron poco antes de las ocho de la mañana; allí esperaron desde adultos mayores, que acudieron por una cuarta dosis de refuerzo, hasta personas que decidieron protegerse por primera vez contra el fatal coronavirus.

Vendedores de cubrebocas, caretas, gel y plumas se paseaban entre la fila, mientras algunos puestos de comida ofrecían café u otros alimentos para hacer más leve la espera.

Las medidas sanitarias de los primeros días de vacunación, como mantener la distancia, se olvidaron mientras las personas comenzaron a avanzar y la pandemia se trataba como un asunto superado.

Algunas personas, como Cristina y José Luis, llegaron temprano al Torres Bodet por temor de no encontrar vacunas tras haber sido rechazados en dos unidades médicas del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en días anteriores.

Los dos adultos mayores relatan que “a diferencia de otras veces, en esta ocasión la espera fue un poco más larga, pero valió la pena por estar protegidos y seguros”.

Sin embargo, otros adultos mayores como Jorge y su hermano Guillermo no contaron con la misma suerte, ya que fueron rechazados en algunos puntos de las alcaldías Cuauhtémoc y Miguel Hidalgo por falta de vacunas, y para cuando llegaron a las instalaciones del IPN las puertas ya estaban cerradas, por lo que tendrán que esperar a que se anuncie la nueva logística de inmunización en la Ciudad de México.

Otras personas decidieron probar en puntos abiertos de vacunación como la explanada de la delegación Gustavo A. Madero, la Basílica o el Centro Cultural Futurama, ambos sitios ubicados a tan sólo unos minutos del Torres Bodet, y en donde las filas eran considerablemente menores a las de las macrosedes establecidas por la Ciudad de México.

Doña Carmen, habitante de la zona de Cuautepec, le pidió a sus nietos que la llevaran a vacunarse a “la casa de la Virgen de Guadalupe para estar doblemente protegida, y de paso visitar a su Morenita”, algo que según esta señora de casi 98 años le hizo sentir más segura que en las dosis que recibió previamente.

A tan sólo unos minutos de ahí, en la estación Indios Verdes, algunas personas más jóvenes aprovecharon la falta de protocolos de revisión para aplicarse una cuarta dosis sin esperar el tiempo requerido por los lineamientos de seguridad por estar convencidos que “para cuando les tocara seguro ya no iban a traer el país ” o “nos darán de las que ya no sirven”.

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