Y más allá de Acapulco… ¿Qué pasó con el recorrido del poderoso huracán ‘Otis’? Se fue la luz, el internet, el servicio de telefonía y se acabaron los combustibles, responde José Luis Serrano Río, contralor del municipio de Atoyac de Álvarez, ubicado a una hora y cuarenta minutos al oeste de Acapulco, Guerrero.
El funcionario nos narró lo acontecido la noche del miércoles, cuando el meteoro hizo historia en México al impactar en la costa del Pacífico.
En entrevista para Eje Central, Serrano Río explicó la manera en que se vivió el paso de ‘Otis’ y cómo su municipio se convirtió, sin buscarlo, en un punto de abastecimiento para Coyuca de Benítez, municipio que lo separa de Acapulco y que fue gravemente dañado.
La situación es difícil para Atoyac por las compras de pánico de sus habitantes y las que hacen los vecinos de Coyuca. Este último, a la espera de que le presten ayuda del mismo calibre que la que recibe actualmente la ciudad de Acapulco. El funcionario señala falta de combustible, con filas de espera conformadas por habitantes de ambos municipios.
Afectaciones dejadas por ‘Otis’
En Atoyac, de 62 mil habitantes, el paso de ‘Otis’ dejó inundaciones, caminos anegados y cientos de techos de lamina eyectados a los ceros. Los mismos daños pero agudizados se vieron en Coyuca, que suma deslaves y un fuerte desabasto de agua y víveres:
Todas las líneas del tendido eléctrico fueron derribadas prácticamente, arrancados. Veías árboles gigantes, como árboles de amates, tirados, arrancados de raíz. Y eso era, pues, increíble verlos. Había cerros donde circulabas en camino a Acapulco y te dabas cuenta que los cerros habían servido como barreras. Las láminas de las casas, aquí se utiliza mucho que las láminas de las viviendas, los techos de las viviendas sean de láminas galvanizadas.
Entonces esas láminas volaron, salieron volando, arrancados de los techos de las casas; y fueron a parar en los cerros. Tú veías los cerros tapados, prácticamente infestados de pura lámina de aluminio. Ahí en el cerro.
¿Qué pasó en Atoyac?
Mira, había conocimiento de la población que venía el huracán, pero lo que no sabíamos es qué tanto iba a perjudicar, respondió el contralor sorprendido por la fuerza del meteoro, que entro en con categoría 5, una fuerza inusitada que marcó un nuevo hito en México.
Señaló que la gente tomó sus previsiones, pues tenían fresco en la memoria la tormenta tropical ‘Max’, que tocó tierra al mediodía del 10 de octubre pasado; y que provocó lluvias torrenciales.
¿Cuál era la situación de Coyuca y Acapulco?
Realmente, en la noche todo el mundo estaba con miedo. En sus casas. Y en la noche me tocó ver mucha movilización de personas; aunque, aquí, en el municipio de Atoyac no fue un municipio en el que se hayan presentado daños.
A mí me tocó estar en una brigada, continuó, que se armó para poder despejar los caminos carreteros hacia lo que va de Atoyac a Coyuca y posteriormente llegar a Acapulco. Había gente que, pues sí, lo que te encuentras es que en psicosis, en pánico, contando sus vivencias, sus experiencias, nosotros nos estábamos encargando de despejar el camino porque lo que se requiere es mejorar los canales de comunicación.
Tras destacar que la misma gente apoyó en las labores para rehabilitar los caminos, José Luis Serrano explicó que su municipio se quedó sin los servicios señalados por una noche, pero Coyuca no corrió la misma suerte, pues “hay zonas de Acapulco, por ejemplo, donde todavía no tienen luz”
¿En tu municipio o el vecino hubo rapiña?
Cuando estábamos haciendo la limpieza de los caminos, nos topamos también con parte de lo que se vive ahí, de la rapiña. De los robos en tiendas como Soriana, Coppel, Walmart, Sam’s. Eso en Coyuca. En Coyuca es donde hubo también los robos.
Al respecto, precisa que vio un fenómeno curioso: mucha gente hizo rapiña, actos podrían ser vistos como de supervivencia, ¿no? Lo decía la gente para sobrevivir, pero vi gente que fue (a la rapiña), a pesar de que no pertenecía a una zona afectada. Venían de otros municipios prácticamente a hacer la rapiña. Porque a mí me tocó ver camionetas donde transportaban motonetas, transportaban motos y vehículos que tú te sorprendes como en una Cheyenne con una motoneta nueva, con una pantalla, con licuadoras, con teléfonos celulares. Y eso es algo lamentable.
¿Qué necesidad material tienen en esa región?
A mí me tocó ver en Coyuca hace dos días, estuve por ahí, haciendo labores, que falta comida… incluso instalamos en las comisarías municipales comedores. Nosotros llevábamos comida de parte de aquí, del gobierno municipal de Atoyac, nosotros fuimos los primeros en llevar ayuda humanitaria.
El funcionario celebró la llegada de ayuda para Acapulco, pero destacó que debe extenderse hasta el municipio de Coyuca, donde todavía no llegan los servidores de la nación para censar a los afectados.
¿Se han podido comunicar con Acapulco?
Pero aún así hay personas que no han logrado dar con su paradero y hay familiares que a pesar del caos se han ido a buscar a sus familiares y han regresado con ellos desde Acapulco.
Aseguró que hay personas que traen para Atoyac a personas que no son de su familia pero que son conocidos o vecinos.
Atoyac, nodo de abastecimiento
Una de las situaciones que los habitantes del municipio de Atoyac han tenido que gestionar es la de ver a su comunidad como centro de abastecimiento de víveres, agua y combustibles de Coyuca y otras comunidades.
Serrano Río refiere que en un principio hubo temor entre sus conciudadanos pues veían llegar personas foráneas en camionetas y pensaban que eran saqueadores; sin embargo, fueron a abastecerse: “pues prácticamente hubo ya el desabasto de gasolina.
En San Jerónimo, que es un municipio vecino, aquí en Atoyac de Álvarez, en Tecpan de Galeana pues hay desabasto de gasolina. La gente que quiere ir a buscar a sus familiares pues no puede movilizarse porque no tenemos gasolina para movernos en los vehículos. Y no tienen noticias de cuándo podría llegar”.
Indica que se han realizado compras de pánico, debido al rumor de los saqueos por lo que son pocas las tiendas que dieron servicio, “de aquí la tienda más grande que pudo abastecer fue Chedraui, pero con desguardo y filtros de seguridad en el municipio prácticamente para brindar el servicio. Todas las demás tiendas pues estuvieron cerradas. Lo que podemos notar, y hay muchos reportes, son relativamente sobre el alza de precios.
“Porque Atoyac está sirviendo como una especie de central para el municipio de Coyuca y Acapulco. Hay mucha gente que está en espera, que vino a hacer sus compras, sus despensas aquí y están en espera de que abastezcan la gasolina para poder llevársela a Acapulco”.
¿Cuál dirías que es el ánimo de la gente en Atoyac?
La gente es realmente solidaria. Yo lo que veo es mucha gente solidaria, claro, con mucha preocupación.
Hubo pánico tras el huracán, pero veo mucha tristeza, se respira mucha tristeza conforme va avanzando hacia el camino a Acapulco. Se respira la tristeza de muchos hogares. Mucha gente que quedó sin un hogar.
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