Llega a su fin uno de los últimos juicios por crímenes nazis

21 de Diciembre de 2024

Llega a su fin uno de los últimos juicios por crímenes nazis

Se lleva a cabo último juicio de crímenes nazis

Bruno Dey, a former SS-watchman at the Stutthof concentration camp, hides his face behind a folder as he is brought to a courtroom before a hearing in his trial on July 6, 2020 in Hamburg, northern Germany. - The prosecution’s closing arguments will be heard on on July 6, 2020 in the trial of a 93-year-old former Nazi concentration camp guard for complicity in the murder of more than 5,000 people during World War II. (Photo by Christian Charisius / POOL / AFP)

/

CHRISTIAN CHARISIUS/AFP

Bruno Dey, a former SS-watchman at the Stutthof concentration camp, hides his face behind a folder as he is brought to a courtroom before a hearing in his trial on July 6, 2020 in Hamburg, northern Germany. - The prosecution's closing arguments will be heard on on July 6, 2020 in the trial of a 93-year-old former Nazi concentration camp guard for complicity in the murder of more than 5,000 people during World War II. (Photo by Christian Charisius / POOL / AFP)
Foto: AFP

Bruno Dey de 93 años y exguardia en los campos de concentración nazi está acusado por complicidad en el asesinato de 5 mil 320 personas

La acusación requirió este lunes tres años de cárcel contra un exguardia SS de campos de concentración, juzgado en Alemania en uno de los

últimos

juicios

contra los responsables de las atrocidades

nazis.

Bruno Dey, de 93 años y exguardia SS, está acusado de complicidad en el asesinato de 5,230 personas en el campo de Stutthof, cerca de lo que entonces era Danzig, ahora Gdansk en Polonia.

Dey está siendo juzgado en un tribunal de menores porque tenía entre 17 y 18 años en el momento de los hechos. El veredicto se conocerá el 23 de julio.

El lunes, el fiscal Lars Mahnke estimó que requirió una pena de tres años de cárcel. y sobre la culpabilidad del acusado dijo:

No hay ninguna duda... actuó de forma intencionada”.

El acusado, actualmente panadero jubilado, asiste

a

la audiencia en silla de ruedas acompañado por una enfermera y tapándose la cara, de espeso bigote, con una carpeta.

Dey niega cualquier culpa por lo que sucedió en el campo de concentración.

Su defensa ha insistido en que no se unió voluntariamente

a

las SS antes de servir en el campo desde agosto de 1944 hasta abril de 1945, y terminó asignado allí porque una afección cardíaca lo excluyó del servicio de primera línea.

Pero, para el fiscal, el acusado participó en un “genocidio”, en una “matanza organizada por el Estado”, del que se podía apartar “bajando de la torre, entregando su fusil y declarando que no podía continuar”.

“No puede estar orgulloso de haber desviado la mirada en el momento decisivo”, denunció el fiscal. La justicia debe “enviar una señal de advertencia clara

a

todo el mundo, incluso 75 años” después, afirmó.

“Figuras demacradas”

Durante su testimonio en mayo, Dey le dijo

a

la corte que quería olvidar su tiempo en el campo.

“No quiero seguir repasando el pasado”, dijo al tribunal de Hamburgo.

La jueza Anna Meier-Goering preguntó si Dey había hablado con sus hijos y nietos sobre el tiempo que estuvo de guardia en Stutthof. Dey respondió

No tengo ninguna culpa por lo que sucedió en ese entonces. No aporté nada, aparte de hacer guardia. Pero me vi obligado a hacerlo, era una orden.

Dey reconoció el año pasado que había estado al tanto de las cámaras de gas del campo y admitió haber visto “figuras demacradas, personas que habían sufrido”, pero insistió en que no era culpable.

Creado en 1939, el campo de concentración de Stutthof, el primero construido fuera de Alemania, estaba inicialmente destinado

a

prisioneros políticos polacos.

Sin embargo, terminó reteniendo a unos 115,000 deportados, muchos de ellos judíos. Unas 65,000 personas perecieron en él.

Carrera contra el tiempo

Dey, que ahora vive en Hamburgo, se convirtió en panadero después de la guerra. Casado y con dos hijas, complementó sus ingresos trabajando como camionero, antes de asumir un trabajo en mantenimiento de edificios.

Quedó en la mira de los fiscales después de un histórico fallo de 2011 contra el exguardia del campo de exterminio de Sobibor, John Demjanjuk, que estableció que él era parte de la maquinaria nazi de matar.

Desde entonces, Alemania ha intentado procesar por el mismo motivo al personal sobreviviente de las SS.

El ucraniano-estadounidense Demjanjuk fue condenado por ser cómplice del asesinato de casi 30,000 judíos en el campo de exterminio de Sobibor. Murió mientras su apelación estaba pendiente.

El tribunal dictaminó que, como guardia en esas instalaciones, estaba automáticamente implicado en los asesinatos llevados

a

cabo allí en ese momento.

El caso sentó un nuevo precedente legal y provocó nuevas condenas de oficiales nazis, incluida la del “contador de Auschwitz”, Oscar Groening, quien murió a los 96 años antes de que pudiera ser encarcelado. OM