La Habana. La caravana que acompaña las cenizas del líder máximo de la Revolución Cubana Fidel Castro, fallecido el pasado viernes a los 90 años de edad, cumplió el miércoles su primera de cuatro jornadas de recorrido antes de llegar a su última morada.
“La caravana de la Libertad” llegó la noche del miércoles a la Plaza Ernesto “Che” Guevara de Santa Clara, conjunto monumental donde reposan los restos del guerrillero argentino que acompañó las luchas de Castro contra la dictadura de Fulgecio Batista.
Lo de Santa Clara, unos 300 kilómetros al oeste de la capital cubana “es un reencuentro de los dos guerrilleros”, que encabezaron el movimiento para lograr la liberación de Cuba en 1959, dijo un presentador de la televisión oficial cubana.
El recorrido emula a la inversa, la marcha triunfal que Castro encabezó en enero de 1959 desde Santiago hacia La Habana, luego de liderar el movimiento contra Batista.
Tras una marcha de 15 horas desde La Habana -durante las cuales una valla humana saludo a Fidel-, el homenaje en Santa Clara incluye la presentación de artistas locales en una velada que se prolongará a hasta la madrugada del miércoles.
La urna de cedro con las cenizas de Fidel –cobijada por una bandera- es transportada en un carro remolque militar, adornado con flores blancas.
El recorrido, en medio de nueve días de duelo nacional siguió a homenajes rendidos por miles de cubanos en la Plaza de la Revolución al pie del mausoleo al héroe nacional José Martí el lunes y martes.
A orillas de las principales avenidas de esta capital y a lo largo de la Carretera Central, miles de cubanos se apostaron con banderas cubanas en sus manos para despedir a su máximo dirigente que gobernó el país por 47 años hasta que cedió el poder a Raúl en 2006.
“Yo soy Fidel”, “Hasta siempre Fidel”, “Viva Fidel” fueron las consignas coreadas por sus acongojados seguidores durante el trayecto. Las cenizas continúan este jueves su ruta hacia Santiago. “Fidel está aquí, no se ha ido, está en nuestro corazón; el está vivo para nosotros, estoy muy segura qué también para muchas personas en el mundo”, comentó una joven mujer con su hijo en brazos.
El recorrido a medida que se alejó de La Habana permitió de manera paulatina el retorno a la normalidad en la capital cubana, donde la gente de los barrios retomó sus actividades.
En las calles habaneras ya sin la presencia física de Fidel la gente se reunió como siempre en aquellos puntos –donde se ubican los más caros hoteles de la ciudad, de hasta 600 dólares la noche- con señal de Internet o caminaba en busca de una bebida fresca.
Como rige una ley sin alcohol, algunos sitios como un centro cultural afrocubano aprovechó para remozar sus instalaciones en preparación para cuando termine el duelo nacional la tarde del próximo domingo. DA