Pocos días después de que anunciara sus intenciones, este miércoles fue formalizada la salida de Rusia del tratado New START, el cual era el último que mantenía con Washington para evitar una escalada nuclear.
La suspensión del pacto ya había sido ratificada por las dos cámaras del parlamento ruso la semana pasada, y según lo establecido por el presidente Vladímir Putin, corresponde únicamente al mandatario decidir si Moscú podría volver.
La noticia no fue sorpresa para Estados Unidos. Ned Price, portavoz de la dependencia, dijo que “es justo decir que lo que aprendimos de esa nota diplomática no nos dijo nada que no supiéramos ya de las declaraciones públicas que emanaron de Moscú”.
Además de calificar la salida de Rusia del tratado como “desafortunada e irresponsable”, Price señaló el peligro de tal acción. “Rusia no está mejor en un mundo donde las dos potencias nucleares más grandes ya no participan en el control de armas bilateral”, dijo Price, y agregó que “la voluntad de Rusia de promover la inestabilidad, promover la retórica nuclear irresponsable, pone en peligro a todas las naciones de este planeta”, fueron sus palabras.
Y aunque aseguró que Estados Unidos seguirá cumpliendo con su parte del tratado, Price también dejó claro que “Si vemos que Rusia toma medidas que requerirían algún tipo de cambio en nuestra propia postura o enfoque nuclear, haremos esos ajustes”.
Por su parte, Rusia responsabilizó de nueva cuenta al gobierno de Estados Unidos. “Al dejar de cumplir con sus obligaciones y rechazar las propuestas de nuestro país en temas de seguridad global, Estados Unidos destruyó la arquitectura de la estabilidad internacional”, dijo Vyacheslav Volodin, presidente de la Duma de Rusia.
Se multiplican los ataques. Bilohorivka y Kreminna, en la región oriental de Lugansk registraron severos daños esta tarde. Se trata de zonas con un alto número de asentamientos civiles, los cuales recibieron impactos tanto de misiles como de drones.
En Kiev, la capital, una nueva serie de ataques, también realizados con drones, fue evitada gracias al esfuerzo combinado de las tropas nacionales y de voluntarios.
Rusia ha estado enviando en los últimos meses olas de drones Shahed iraníes, muchos de ellos dirigidos contra redes eléctricas. A diferencia de los misiles de crucero, vuelan relativamente despacio y su pequeño motor es ruidoso, por lo que los soldados pueden seguirlos con la vista y el oído.
Desde octubre, los ucranianos han reforzado sus defensas aéreas, y los aliados occidentales han suministrado modernos sistemas de misiles antiaéreos capaces de derribar numerosos misiles y aviones no tripulados.