Bulgaria anunció este miércoles que prohibirá las importaciones de cereales ucranianos, alegando que desestabilizan su mercado nacional, y Hungría precisó que extendía esa misma restricción a decenas de productos agroalimentarios, además de los cereales y granos oleaginosos.
Según el gobierno búlgaro, la medida entrará en vigor el 24 de abril y se adoptó por el temor a que “se desvíen las importaciones de mercancías a través del corredor Rumania-Bulgaria”, señaló el ministro búlgaro de Agricultura ministre, Yavor Guechev.
En tanto, Hungría, indicó en un decreto publicado este miércoles de madrugada en el Boletín Oficial, que estará prohibido vender en territorio húngaro, además de cereales y granos oleaginosos, harina, miel, vino, pan, carne y verduras procedentes de Ucrania. Las restricciones regirán hasta el 30 de junio.
El sábado, el gobierno del primer ministro Viktor Orban, de talante nacionalista, decidió prohibir el ingreso de cereales para proteger a sus agricultores.
Polonia y Eslovaquia también aprobaron medidas similares, que la Comisión Europea tildó de “inaceptables”.
En mayo de 2022, poco después del inicio de la ofensiva de Rusia, la Unión Europea (UE) había suspendido por un año los derechos de aduana sobre productos de
Ucrania
y se organizó para permitirle exportar sus cereales tras el cierre de las rutas marítimas por el Mar Negro.
Así, los países de la UE vecinos a
Ucrania
verificaron un fuerte aumento en las llegadas de maíz, trigo o girasol, lo que provocó que los silos se saturaran debido a problemas logísticos y los precios locales se desplomaran.
Con todo, Budapest seguirá permitiendo el tránsito de cereales ucranianos, pero se pondrán en marcha procedimientos muy estrictos en los puestos fronterizos para garantizar su seguimiento electrónico. MAAZ
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