A medida que la Covid vuelve a cobrar fuerza, las celebraciones de año nuevo chino se desvanecen. A diferencia del primer año de pandemia, las personas en Asia tienen cada vez menos oportunidades para celebrar el Año del Tigre de Agua que inició hoy.
Usualmente celebrado a lo largo de 15 días, este evento es esperado por miles de familias que aprovechan los días de descanso para reunirse, asistir a espectáculos en la calle y comer en restaurantes. Sin embargo, ante el ascenso de contagios de Ómicron, las autoridades chinas han vuelto a obligar a los sitios de esparcimiento a cerrar a las 18:00 horas, lo que limita las opciones para celebrar o de preparación para la fiesta. “Mi madre ni siquiera puede comprar flores”, declaró Karen, una joven empleada de una galería de arte a Al Jazeera.
La “estrategia Covid cero” también ha afectado a los atletas y participantes de los Juegos Olímpicos de Invierno que ya se encuentran aislados. Además de realizarse pruebas PCR diarias, están impedidos de viajar para reunirse con sus familias incluso dentro de la misma ciudad. Sin embargo, el confinamiento se extiende a todo sitio en donde se detecten brotes.
Las celebraciones, que suelen realizarse en todo el mundo, también se han apagado en sitios como España, en donde se canceló la tradicional cabalgata por las calles de Valencia.
Mientras tanto, al interior del país, los límites de servicio han llevado a la quiebra a muchos de los negocios incluso en las zonas más bulliciosas para la vida nocturna. “A las seis en punto es un pueblo fantasma”, declaró Aldrin Ang, gerente general de uno de estos establecimientos.
Ante la imposición de reglas más estrictas, algunos ciudadanos comienzan a desafiar a la autoridad de diversas maneras. Al Jazeera informó que los amigos se reúnen en habitaciones de hotel para disfrutar de cenas o realizan rutas de senderismo, y se han dado casos donde los nadadores atraviesan parte de las aguas del océano para llegar a playas sin vigilancia.