La violencia contra los periodistas en México pasó a una nueva fase con el ataque Ciro Gómez Leyva, pues ahora no importa la fama que tengan los miembros del gremio, igual se es objetivo, publicó el diario estadounidense The New York Times.
La proyección que tenían los periodistas en los medios convencionales desde la Ciudad de México parecía un escudo, pero cuatro disparos a la camioneta blindada del periodista modificaron las reglas del juego, poniendo en riego a otro tipo de comunicadores, quienes se encontraban lejos de la violencia que enfrentan periodistas en otros estados, viviendo y reportando otras realidades.
El gremio ha dirigido su análisis del hecho contra el presidente Andrés Manuel López Obrador, quien ha sido crítico del trabajo periodístico desde sus conferencias matutinas. Ahí, frente a los medios de comunicación, ha señalado a periodistas con nombre y apellido; incluso, los miércoles dedica una sección de su conferencia para desmentir información que le afecta.
La publicación de The New York Times titulado “Media fears in mexico deepen after shooting” (Los temores de los medios en México se profundizan después del tiroteo) pone de relieve la cuestionable voluntad del mandatario para proteger a la prensa.
Los argumentos esgrimidos por el diario se basan en las declaraciones realizadas por el presidente López Obrador ante la carta firmada por 180 periodistas y políticos para pedirle que cese el ataque a la prensa para no abonar al clima de inseguridad.
“No porque él se lo haya fabricado, sino porque alguien lo hizo para afectarnos a nosotros. No lo descarto”, dijo el tabasqueño sobre la línea de investigación que apuntaría a un posible autoatentado como móvil de la agresión contra Gómez Leyva.
Pese a expresar su “solidaridad” con el comunicador el discursó no ha modificado hacia la prensa. Y es que, el ataque contra Ciro Gómez se da en el contexto de un 2022 que cierra con 15 periodistas asesinados, lo que ha convertido a México en uno de los países más peligrosos del mundo para ejercer esta labor.
La mayoría de ellos realizaban su labor en pequeñas localidades o dirigían sus propios medios de comunicación y con muy pocos recursos. Algunos de ellos trabajaban por cuenta propia, incluso para publicaciones nacionales.
Cabe señalar que el panorama para el gremio periodístico es complejo, más si se le suma el hecho de que no recibe un gran apoyo popular en su lucha legítima por vivir con seguridad haciendo su trabajo, destaca el medio estadounidense.
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