Después de vencer a España y Alemania respectivamente, el partido frente a Croacia no parecía mucho en comparación de lo que ya habían conseguido. Para su mala fortuna, los ajedrezeros salieron con un orden impecable, y con su espectacular 10, Luka Modrič, que sigue jugando como si la edad no le hiciera ningún efecto; los samuráis no se encontraron nunca cómodos en el campo.
A balón parado y jugadas preparadas, las de Hajime Moriyasu fueron muy peligrosas en lo que iba del mundial, y al minuto 43 del primer tiempo, los esfuerzos fueron recompensados con un gol de Daizen Maeda. Una jugada de tiro de equina que muy probablemente estaba pensada y entrenada previamente, mandó a los del sol naciente con ventaja al medio tiempo.
La alegría no les duró mucho, en el minuto 55, los veteranos se juntaron y tras un centro del central Dejan Lovren, el extremo croata, Ivan Perišič sacó un remate de cabeza fántastico, cruzando el balón desde poco atrás del manchón penal, hasta el poste lejano de Shūichi Gonda, marcando uno de los mejores goles del mundial. Los 90 minutos terminaron con un empate muy justo entre los dos de 1-1.
En la prórroga, ambos equipos daban sensaciones de haber salido al campo a no perder, ninguno asumió el protagonismo, sino que se enfocaron en no hacer ningún error y cuando se acercaba un balón a cualquier área, lo mandaban lo más lejos posible. El desgaste físico fue un gran factor en los últimos minutos, la mayoría de los jugadores se veían agotados, y aunque se hicieron los 5 cambios permitidos, el partido estaba prácticamente roto. Sin goles en el tiempo extra, se fueron a donde nadie y todos quieren ir, a los temidos penales.
Croacia demostró durante el mundial pasado su poderío desde los 11 pasos; y esta vez no fue excepción. El guardameta croata, Dominik Livanković, fue indiscutiblemente la figura, atajando 3 de los 4 penales cobrados. Los nipones fueron abrumados por el escenario y se notó en el momento de mayor presión. Se vieron muy encogidos con la manera de cobrar los penales, al hacerlo con poca fuerza, así como los jugadores se vieron indecisos, sin quitarle mérito al arquero croata. De manera opuesta, los cobradores croatas lo hicieron con extrema confianza y experiencia. Finalmente, Mario Pašalić mandó a guardar el último penal, consiguiendo también regresar a los japoneses a casa.
Croacia está entre los prestigiosos últimos 8 equipos del mundial, pero en los cuartos de final, se encontrarán con el que es probablemente el rival más difícil, Brasil. Deberán demostrar un nivel descomunal, si pretenden hacerles daño a los favoritos.
Los croatas ahora suman tres tandas de penales, las tres ganadas. En el Mundial de 2018, tuvieron dos (contra Dinamarca y Rusia), ambas ganadas, 100% efectivos.
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