Al atardecer del sábado, cientos de habitantes de Santiago Jamiltepec salieron entre sollozos a las calles para dar el último adiós a nueve de las 14 víctimas del desplome del helicóptero militar que la noche del viernes transportaba al gobernador Alejandro Murat y al secretario de Gobernación, Alfonso Navarrete Prida, y comitivas, en una misión para evaluar los datos y asistir a damnificados del terremoto de magnitud 7.2. Bajo los acordes de “Un puño de tierra”, “Las golondrinas” y chilenas de la costa, entre otras melodías, fueron velados y despedidos en sus viviendas. Posteriormente se celebró una misa en la iglesia de la comunidad y finalmente fueron enterrados en el panteón municipal. La mayoría con lágrimas en los ojos, el sábado aún no daba crédito de lo que sucedió, pues todo fue muy rápido y en medio del temor que ya había por el sismo con epicentro a unos kilómetros de Pinotepa Nacional.
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Para apoyar a las familias, amigos y vecinos acudieron a los velorios en distintas viviendas y apoyaron con oraciones, comida, bebida o reuniendo dinero para solventar los gastos y ofrecer a los asistentes café, pan, tamales y lo que la costumbre dicta. Una procesión llevó nueve ataúdes de colores hasta el atrio de la iglesia de Santiago Apostol, dañada por el sismo, en donde se ofreció la misa de cuerpo presente que ofició el arzobispo de Antequera, Pedro Vázquez. Ataviado con su túnica morada, el prelado recibió en la puerta del templo a los deudos que cargaban los ataúdes con las víctimas y a la comunidad que entre llantos los acompañaba. Iris Rubí Figueroa, de 32 años, se dijo atónita “de ver a tanta gente damnificada, y afectada (por el accidente) al mismo tiempo”. Mientras esperaba a la procesión frente a la iglesia señaló que “este daño no se puede reparar” destacando lo importante que es la familia, en referencia a quienes perdieron a los suyos. En la ceremonia en el patio clerical con flores blancas y veladoras, Virginia Suárez, una mujer mayor que cubría su cabeza con un velo blanco, se aferró a su rosario al acompañar a la familia del fallecido Lorenzo Zárate.
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“Todos decimos lo mismo: ¿cómo es posible que murieran así cuando justamente se estaban resguardando del sismo?”, se lamenta.
Sobrevivir al temblor y morir despedazado
Sobrevivir a un terremoto de magnitud 7.2 para morir poco después al desplomarse un helicóptero oficial, que evaluaba posibles daños, fue el trágico destino de 14 personas que quedaron “despedazadas” por las hélices de la aeronave, según narran los pobladores de Jamiltepec. Aunque la tragedia ocurrió el viernes, muchos de los 20 mil habitantes de este poblado cercano a la costa del Pacífico, siguen el fin de semana estupefactos o se persignan agachando la cabeza cuando pasan junto a los despojos del helicóptero que aún yacen en un gran baldío y por el que además hay 15 personas heridas, muchas de ellas en el hospital.
Cada vez que uno quiere ir a su casa tiene que pasar por aquí y ver esto. Nunca lo vamos a poder olvidar. Fue espantoso”, dije a AFP Concepción Ramírez, un ama de casa de 54 años cuya mirada se pierde en los restos del helicóptero del ejército mexicano de color gris camuflado.
El silencio de la noche se rompió cuando apareció en el cielo el helicóptero en el que viajaban Navarrete y Murat. “Dio varias vueltas, volaba bajito, bajito, y de repente empezó a coletear y se cayó de chingadazo con la hélice sobre la pobre gente. Y empezó la gritazón”, cuenta Leopoldo García, quien escuchó el estruendo desde su casa. La gente entró en pánico “cuando vio que una persona está cortada, otra está con las tripas de fuera, otras sin cabeza por la hélice”, aseguró otro vecino que presenció el momento del accidente. Las víctimas “se cortaron por la mitad” y los cuerpos “despedazados” fueron recogidos por los propios familiares, subrayó con voz baja y temblorosa este hombre, que no quiso dar su nombre por temor a represalias. Según él, las autoridades “no quieren que se sepa la verdad” porque no quieren admitir que el helicóptero “tenía fallas”.
Hay sangre donde está el helicóptero, nomás que estos le echaron tierra para que uno no se diera cuenta de que iba a haber tantas muertes”, asegura, mientras la localidad de Santiago Jamiltepec se cimbraba en una nueva réplica del temblor.
Familiares esperan reparación del daño
Los deudos narraron que estaban en un área despejada alrededor de 30 personas, pues no querían regresar a sus viviendas ante las constantes réplicas, y 2 conductores de camionetas de pasaje les apoyaron para dejar en este lugar los vehículos, para que mujeres y niños se resguardaran del clima. “Exigimos que las autoridades se hagan responsables porque hubo daños materiales, pero sobre todo, lo más importante, se perdieron vidas”, indicaron. El terremoto revivió el recuerdo fresco de los tres sismos registrados en septiembre de 2017 que azotaron a Oaxaca y dejaron un total de 465 muertos. RB ES DE INTERÉS CNDH vigilará atención a víctimas de desplome de helicóptero en Jamiltepec Ilesos Navarrete y Murat tras accidente de helicóptero; hay muertos (Con información de ADN Sureste y AFP)