“Sangre, esfuerzo, lágrimas y sudor”

25 de Noviembre de 2024

“Sangre, esfuerzo, lágrimas y sudor”

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Con un recién formado gobierno y ante la ofensiva nazi en la guerra en 1940, el primer ministro de Reino Unido, Winston Churchill, cimentó la resistencia con un legendario discurso

Dos días antes de este discurso, Churchill asumió el encargo de Jorge VI de formar un gobierno de concentración nacional, ante la pasividad del Ejecutivo liderado por Neville Chamberlain y su fracasada política de Apaciguamiento ante el Reich.

En esa primera alocución hizo gala del papel que Reino Unido estaba dispuesto a asumir en la guerra, asumiendo el liderazgo del lado aliado.

Apenas el 11 de mayo de 1940, los alemanes lanzaron su ofensiva sobre Francia después de anexionarse Austria e invadir Chequia, Eslovaquia, Polonia, Dinamarca y Noruega.

En ese discurso, radiado por la BBC, Churchill exhibió su proverbial elocuencia para dejar claro que el espíritu del Imperio Británico seguía vivo y el Reino Unido estaba preparado para enfrentar a los aliados del eje.

La expresión no parece ser en realidad original de Churchill, aunque él reivindicaba que sí, incluso con el señalamiento de varias citas similares de la novela The Bostonians de Henry James (1886).

En el imaginario británico aún se considera que la guerra se decantó del lado de los aliados a partir de este discurso, que animó a la población civil a mantenerse inquebrantable a lo largo de los duros años de asedio nazi.

De las tres grandes intervenciones de Churchill, así inauguró una nueva era en la política internacional, al dar a Reino Unido el liderazgo en esos primeros meses de guerra y puso los cimientos para un cambio de rumbo futuro en un conflicto decantado claramente en favor del Eje.

Sin renunciar a la emotividad, Churchill alentó a su pueblo a plantar una batalla no exenta de sacrificio y mucho sufrimiento.