La guerra avanza, y las sanciones comienzan a sentirse entre los ciudadanos rusos, que se enfrentan a la escasez de insumos y a las interrupciones de servicios financieros.
En los últimos días, el azúcar no solo ha aumentado de precio, incluso ha comenzado a ser racionado en algunas tiendas, relata AFP. Las autoridades han intentado tranquilizar a la población, desmintiendo que esos productos escasean, e incluso el Kremlin aludió a una reacción “emocional” por parte de los consumidores.
El papel es otro de los artículos cuyo valor ha aumentado y en algunos establecimientos ha triplicado su valor, debido a la falta de clorato de sodio, un elemento que se suele importar y es usado para blanquear.
Los viajes de placer también se han visto castigados por el cierre del espacio aéreo de otros países a las compañías rusas. La medida también impide que los pasajeros puedan conseguir piezas de recambio del extranjero o seguros fuera del país.
Finalmente, con la suspensión de las operaciones de Visa y Mastercard, los rusos en el extranjero se han quedado sin poder acceder a su dinero. ApplePay también ha dejado de funcionar en Rusia, motivo por el que los oriundos de este país ya no pueden comprar aplicaciones de pago, juegos u otros bienes digitales.
La medida también les niega el acceso a servicios como Netflix, y se han impuesto controles de capitales, tanto para la retirada como para la compra de moneda extranjera y para sacar esta última del país.
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